Por: Mario Berrios
Mi distinguida amiga, la encantadora negra Tomasa, me ha solicitado muy encarecidamente un favor, “con todo gusto, le he respondido, soy todo oído”. “Mi negro, quiero que me le entregues una carta al Presidente Juan Orlando”, “no lo conozco”, respondí. “¡Ay mi negro!, juégatelas, pero transmítele el contenido de mi carta; horita te la leo…”. Con esmerada atención empecé a escuchar la opinión de la negra Tomasa, quien se destornillaba informándome acerca de la destitución de los magistrados de la Corte y sobre una comparsa de compatriotas deseosos de armar, según contó ella, una revolución armada. “¿Eres nacionalista, Tomasa?”. Llevando se una taza de café, lo único que había ingerido durante el día, según me dijo, respondió enfática, “el hambre campea, mi negro”.
“Oye la propuesta que tengo para él, Honorable Presidente del Congreso Nacional, don Juan Orlando Hernández. Antes y después del proceso electoral en que Usted resultó finalmente nombrado como rector del Poder Legislativo, supe que durante su gestión ningún gobierno tendría fácil el panorama, en particular por las condiciones —sociales, políticas y financieras— previas y futuras”. Oye, Tomasa, bonito discurso…”, interrumpí. “Mi negro, no pienses que porque me dedico a vender tortillas con el apoyo de mi Presi Juan Orlando es que no pienso, vieras en las noches, ni duermo, del hambre, esto se ha puesto feo, no hay dinero. Déjame seguir: Por la crisis se huele el descontento extremo, la sociedad se divide entre quienes se van del país y quienes nos quedamos, entre aquellos que acaparan todo y los que se quedan sin nada, pues yo tengo una moción para esos dos males, el de los que arman los líos y nos dejan encasquetados porque se fugan, llevándose los fondos del país, extraídos del pueblo”. “Oye, Tomasa, le conversé, esas cosas no pasan, las inconformidades y los procesos revolucionarios, de cambios violentos, son derechos inherentes del hombre y los pueblos, nefastas por efecto (aunque a veces positivas al cambiar un orden desdichado, corrupto y fatal), porque entorpecen el orden democrático y la paz social, pero ya no suceden, al menos con nuestra gente”.
“”Mm, dímele esto, yo sé que muchas leyes son contrarias al espíritu de justicia, por ello corren el riesgo de ser declaradas inconstitucionales. Pero al margen de eso, por tu medio, mi negro, le pido que, partiendo de la crisis y viendo que muchas personas salen corriendo de nuestro suelo patrio con las monedas y sus familias, dejándonos entre la senda del odio mientras ellos se solazan en otros rumbos, piense en un proyecto de ley, dentro de poco o a futuro, encaminado a evitar ese desparpajo de gente, con maletas listas para abandonar Honduras, como si fuera un barco a la deriva. La mayoría como deben préstamos están lanzando manotadas de ahogados y patadas de ahorcados. Dile que él, en el Congreso —refugiado en las recomendaciones de la comisión de la Verdad— ya no tiene freno, por ello le solicito tenga en cuenta que, aunque con amplias posibilidades de ser declarada inconstitucional mi moción convertida en ley el día de mañana, la tramite”. “Va a brincar mucha gente, Tomasa”, le comenté. “¡Ah!, no les hagamos caso, nuestra gente es pasiva, ¡aguantadora!, como los yines dos toros. ¡No olvides decirle esto, como el Presidente L Sosa va de salida los ataques arreciarán. Y a Juan Orlando en vista de no ser manipulable por grupos de poder con mayor razón le lloverá duro y parejo. Pues bien, como el panorama se tornará inseguro. Y viendo cómo muchos compatriotas prenden fuego y después salen a la carrera, que emita esa ley prohibiendo la expatriación de dinero del país y de salir o abandonar el barco a los “entruchadores”, hombres de bien, talentosos ciudadanos, quienes en tiempo de paz raspan todo y en época de crisis nadie les mira las patitas, junto a sus familias. La referida ley podría llamarse, dile, “LEY CONTRA LA EXPATRIACIÓN DE RECURSOS MONETARIOS Y HUMANOS”. Incontables esposas se lo agradecerán, como también esposos. Ciertos personajes dicen hablar a favor del pobre pueblo porque saben de pobreza, viven en su bunker poniendo a pelear a sus fantoches (por supuesto sobran políticos con sentimientos aviesos que se prestan para ello, me ha dicho en voz baja), pasan de sus residencias a las oficinas, de un aeropuerto hondureño hacia EUA. Otros se la llevan hablando de reducción de la pobreza en lujosos hoteles, con enormes viandas de comida a la orden, algunos salen de un gobierno por incompetentes para luego aparecer como grandes consejeros en la siguiente administración; unos llegan al poder no a colaborar, si no a servirse con la gran tajada, a aumentarse los sueldos, con carros y combustible a costa del Estado, para ellos, sus esposas y sus amantes.
Apunta esto también, mi negro, para mayor sustento en la propuesta: En toda crisis, provocada o emergida de las entrañas de la sociedad, aparecen compatriotas preparando revoluciones, cuando no son capaces ni de lanzar un tiro, de salva. Otros entruchando a los más tontos, utilizando su carretada de andamios para hacerse con sus metas, luego, por supuesto, los abandonan en el cesto del olvido. Pues de esos abundan en nuestro suelo, hombres dechados de virtudes utilizando a otros para consolidar sus cuotas de poder, seres de voz alta en favor de la justicia, cuando otros callan. Ellos, en ocasiones, por sus múltiples ocupaciones a la hora de los bombazos envían a sus esposas e hijos a las calles, mientras ellos trabajan arduamente. Se rifan el pellejo a la hora de la hora y siempre estarán dispuestos a disputarse una calle o una avenida con sus oponentes ideológicos, para ellos las controversias se solventan de boca, pluma y código en los tribunales, por supuesto en sus adentros quisiesen —en determinadas ocasiones— que se ventilasen a trompadas, nada cierto con aquello de la plática civilizada, el debate o el espíritu cordial. Para ellos su causa no es el interés personal, si no del pueblo, son patriotas, defienden al país no a sus cuentas, los lenguaraces es que les achacan otras motivaciones. Para los aludidos caballeros los demás no pensamos en la democracia y su defensa, únicamente ellos.
Por favor tramita mi petición para evitar la fuga de capitales y de buenos hombres, bonita maña, echarnos a pelear, luego fugarse con las bolsas llenas, después, al bajar la marea, de vuelta para acá. Oye, de ser posible que indemnicemos a muchos de ellos, hombres de bien, el pueblo podría pagar por deshacernos de esos “patriotas”. Entre esos grupetes hay empresaurios, politiqueros, empresarios, intelectuales, demagogos, intectualoides, revolucos de cafetín y seudo Napolencitos. Oye esto, se reconocen porque su implacable rebeldía no llega más allá de la punta de su nariz ni el eco de su voz a un paso más allá de su propio cuerpo”.
“Vaya, Tomasa, yo me las arreglo para tramitar tu carta…”.
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sábado, 15 de diciembre de 2012
jueves, 13 de diciembre de 2012
Consolidación de fuerzas y poder
Por : Mario Berríos
No hay duda de que numerosos hombres fuertes del país han caído en desgracia luego del proceso (con numerosos vicios de irregularidad) electoral reciente. El principal síntoma de cierta incomodidad de ciertos sectores podría ser la causa por la cual, el Presiden Porfirio L. Sosa, haya sido informado de posibles movimientos sospechosos con el fin de causarle —posibles— agravios a la constitucionalidad.
Ese descontento de repente tiene fundamento en la actual situación caótica financiera en que se encuentra el país, pero me temo que es más profundo debido a la incomodidad de personas batallando por hacerse con cuotas de poder, temor a haber perdido dominio y ánimo de recuperar poderío (político, económico y social) por otros medios. Se me ocurre que, luego de las elecciones y con los posicionamientos claros, unos fuera y otros adentro, el movimiento telúrico no es más que algo circunstancial, mientras se acomodan las capas sociales de la influencia y el poder.
En la actual situación de nuestra sociedad al gobernante no le abona disgustarse con los medios de comunicación, como tampoco a esos empresarios les conviene distanciarse de los políticos. En crisis es cuando una sociedad debe unirse más, producir para restituirse de las pérdidas. En Venezuela y Ecuador la situación las finanzas de ambos estados se ha deteriorado mucho, en parte al desgaste sufrido por los constantes roces y ataques de Chávez y Correa, quienes, sin la debida tolerancia, han cometido yerros contra medios escritos, radiales y televisados. Tampoco es positivo que los hondureños caigamos en el juego de grandes como ACAN EFE, Reuter, EFE, CNN, CNN, Washington Post, Miami Herald y El Nuevo Herald, grupos poderosos y de interés, insensibles a nuestra realidad, para ellos el negocio de la información o de otros rubros es su norte, son, en cualquier caso, ganadores en las crisis. ¿Dónde están los vendedores de armas en los aprietos de los países? ¿Quiénes hacen los grandes negocios publicitarios en EUA cuando hay escaladas de terror en nuestras sociedades? ¿De donde se importan los uniformes, fajas y botas? Todo lo anterior se mueve mientras —al margen de su indiferencia y para nombrarse enormes benefactores— grandes corporaciones realizan “donaciones” y ventas de medicina al África.
La banca privada hondureña, a mi juicio, no logró sostener a sus principales políticos en el nuevo esquema, de paso nada fácil ha tenido en Presidencial. En el Partido Nacional un gran sector no logró culminar sus aspiraciones, otro brete de buena magnitud como para generarle conflicto al ala azul y, por efecto, al conglomerado nacional. En este punto no podemos ignorar algo, todos los candidatos tenían cubriéndole sus espaldas a ciertos medios de difusión. No observar la ansiada división de poderes —por supuesto— ha sido lamentable en las últimas administraciones públicas, pero en esencia no es la consideración principal, si no, en el fondo, las ansias de consolidar influencia y poder. ¿Quién o quiénes apostaban por Ricardo Álvarez, Miguel Pastor, Fernando Anduray y Lizzy Flores? ¿Qué fuerzas estaban justo atrás de ellos? ¿Podrían quedarse de brazos cruzados sus apostadores? ¿Qué otras soluciones buscan para alimentar sus esperanzas de poder? ¿Cuánto invirtieron? ¿Perdieron en estas apuestas? ¿Cuánto deberá pagar la sociedad porque un candidato de estos no haya salido electo? ¿Quién de los candidatos elegidos finalmente cuenta con el firme respaldo de algún medio de comunicación? ¿Esos van y vienen de grupos de poder lograrán al fin que alguno de los perdedores quede en planillas de poder?
A la luz de diversas decisiones gubernamentales, es preciso recordar que ciertos negocios se han ido a pique para grupos económicos de la sociedad, además de otros decretos que han causado enorme malestar luego de haber tocado sectores otrora intocables, como en el Hospital Escuela. ¿No es de esperar fuertes corrientes en contra de la actual administración? Durante una crisis política darle crédito a problemas fronterizos es buena estrategia porque enerva el espíritu nacional, sin embargo puede despertar suspicacias en numerosos sectores, por ello no es de creer tanto en ciertos filósofos romanos, Aristóteles o Maquiavelo; me nace que en ocasiones es mejor el silencio que las palabras.
Para revertir sus pérdidas se menciona que “inversionistas de la política” han corrido hasta Europa (unos con mujeres, otros con hombres) a reunirse con partidarios y embajadores, entremezclando verdades con mentiras para hacer creíbles sus posiciones, sus puntos de vista sobre la realidad del país, sobredimensionando incluso con el objeto de ganar adeptos. Ojalá no se reviva la época del Presidente Manuel “Mel” Zelaya, cuando hasta religiosos evangélicos se congregaron en Suiza, cayendo en trampas y repitiendo mentiras sobre ese momento, todo por no escuchar a los diversos sectores. Y por no estudiar la realidad nacional. El mismo hecho de provocar —a como dé lugar o bajo cualquier argumento— los cambios en la Corte Suprema de Justicia, no es más que una extensión del deseo de robustecer esa esfera de influencia y poder de parte de ciertos sectores, en ese afán por mantener su hegemonía.
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domingo, 9 de diciembre de 2012
Futuro panorama electoral
Por: Mario Berríos
En el término de un año Honduras irá a elecciones generales para elegir a un nuevo Presidente Constitucional por los siguientes cuatro años. Entre los contendientes más fuertes repuntan Mauricio Villeda y Juan Orlando Hernández, liberal y nacionalista, respectivamente, seguidos de cerca por la fórmula de LIBRE, representada por Xiomara Castro de Zelaya.
En los actuales momentos y circunstancias ninguno se podría dar como seguro ganador, eso dependerá, en los próximos meses, de un proyecto viable como propuesta de gobierno, apoyo popular según se discurse alrededor de los temas torales del país, la promesa de reformas profundas en el sistema y, por supuesto, la confianza generada por el futuro mandatario.
Temas como el problema de la inseguridad debe ser visto y tratado por cada candidato a Presidente, alcaldes, gobernadores y diputados, porque el problema en general no puede ser exclusivo del gobierno de turno, si no de la sociedad en conjunto. Pero el principal punto a considerar, si es que desean asegurar miles de votos, es garantizarle a ciertos sectores, de la indigencia, los servicios públicos electricidad y agua. Y, de otro lado, brindar espacios a la clase media en cuanto a trabajo e inversiones estables a través de la pequeña y mediana empresa.
Honduras, politizado hasta la saciedad, enfrentará una peor crisis antes de las elecciones, ese será otro aspecto a considerar en cuanto al posible desgaste del partido nacional y su candidato oficial. Entre los adversarios tratarán de explotar vulnerabilidades, en ese juego la izquierda tradicional y el populismo se enfrentarán a los grupos de poder e influencia de los partidos tradicionales, en un duelo de voces conformado por propuestas descabelladas, fuera de contexto y desesperadas.
En el término de un año Honduras irá a elecciones generales para elegir a un nuevo Presidente Constitucional por los siguientes cuatro años. Entre los contendientes más fuertes repuntan Mauricio Villeda y Juan Orlando Hernández, liberal y nacionalista, respectivamente, seguidos de cerca por la fórmula de LIBRE, representada por Xiomara Castro de Zelaya.
En los actuales momentos y circunstancias ninguno se podría dar como seguro ganador, eso dependerá, en los próximos meses, de un proyecto viable como propuesta de gobierno, apoyo popular según se discurse alrededor de los temas torales del país, la promesa de reformas profundas en el sistema y, por supuesto, la confianza generada por el futuro mandatario.
Temas como el problema de la inseguridad debe ser visto y tratado por cada candidato a Presidente, alcaldes, gobernadores y diputados, porque el problema en general no puede ser exclusivo del gobierno de turno, si no de la sociedad en conjunto. Pero el principal punto a considerar, si es que desean asegurar miles de votos, es garantizarle a ciertos sectores, de la indigencia, los servicios públicos electricidad y agua. Y, de otro lado, brindar espacios a la clase media en cuanto a trabajo e inversiones estables a través de la pequeña y mediana empresa.
Honduras, politizado hasta la saciedad, enfrentará una peor crisis antes de las elecciones, ese será otro aspecto a considerar en cuanto al posible desgaste del partido nacional y su candidato oficial. Entre los adversarios tratarán de explotar vulnerabilidades, en ese juego la izquierda tradicional y el populismo se enfrentarán a los grupos de poder e influencia de los partidos tradicionales, en un duelo de voces conformado por propuestas descabelladas, fuera de contexto y desesperadas.
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