jueves, 22 de marzo de 2012

LOS HONDUREÑOS TAMBIÉN VAMOS AL CIELO....


Por : Mario Berrios
El ángel Gabriel vino un día al Todopoderoso:

—Señor, tengo que decirle algo. ¿Usted sabe el cachimbo de catrachos que llegó hace unos días de San Pedro Sula, Tegus y Olanchito?

—Claro, ¿quién no? ¿Los de la quebrancina de allá por Puerto Escondido? ¿Las víctimas de las rastras?, ¿los toldeados de los bordos?, ¿los malapalabras comejamos?
—Eso mismo, mi Dios, estamos teniendo muchos problemas con ellos.
—El señor, lleno de amor y misericordia, le pregunta a Gabriel.
—¿Qué problemas?, ¿a qué te refieres?
—Vea, Dueño de los Cielos, estos jampedranos, comejamos y capiruchos me tienen maleado; saludan al prójimo con palabras soeces, ponen las patas en las paredes recién pintadas y se guindan del portón de perlas a la entrada del cielo, también me empeñaron la trompeta, tienen sus vestiduras blancas llenas de mantequilla crema del Aguán, sopa de frijoles y sopa de mondongo, y a algunos como que no les gusta asearse las bisagras. Las calles, Usted sabe, de oro, están llenas de bolsas de agua, botellas de fresco, huesos de pollo, bolsas de churros y hojas de tamal. Algunos andan por ahí con una sola alita, dicen que les pesa cargar las dos. Llegan tarde a su turno de limpiar las escaleras de la tierra al cielo, me dejan cáscaras de mango en las nubes, y algunos salen por ahí sin su aureola porque dizque les da empacho.

De nuevo el Señor, lleno de amor y misericordia infinita, le dice a Gabriel
—Gabriel, cuando creé a esos seres los hice especiales, igual que cuando te erigí a ti, también te hice exclusivo. El cielo es el hogar de todos mis hijos. Además, no te quejes tanto. ¿Quieres ver problemas de verdad? dale una llamadita al Diablo en el infierno para que te convenzas.
Gabriel, visiblemente pensativo, decidió llamar al infierno. El Demonio —en persona—, con sus ardientes manos, contestó el teléfono:
—¡Aló! —su voz sonaba de ultratumba, golpeado—. Sí ajá, espérate... ¡Qué hijo de su chingada madre! Espérate Gabriel, ya vengo…

—El Ángel quedó esperando en la línea. Al cabo de un minuto escuchó de nuevo la voz sonora de su interlocutor.

—¡Gabriel!, discúlpame loco, imagina, dejarte colgado. ¿Qué pasó?

Gabriel le responde:

—Mira, Luci, ¿qué tipo de problemas tienes allá abajo?

Satán, atareado, según se escuchaba, le respondió.

—Puta, déjame contarte maje, espérame un cachito...

Y dejó a Gabriel en espera un largo rato. Cuando regresa a tomar el aparato, su estrepitosa y pausada voz otra vez estuvo a punto de estrujarle los tímpanos del oído al Querube Preferido.

—Ok, ya volví, ¿cuál fue la pregunta?

El Querubín, con su formidable imperturbabilidad, le contestó:

—¿Qué tipo de problemas tienen ustedes allá abajo?

Satanás le respondió:

—Ah, sí, eso… Espérate, ¡esto es increíble! Tengo a unos comejamos en el mamo y vieras el relajo, peor que nosotros, no dejan en paz a nadie —al fondo se continuaba escuchando su voz—: Miren hijos del maíz, ya dejen de invemtar marranadas de nosotros, todo lo que dicen es puro inventos... Haceme una espera Gabriel... ¡que joden..!

Demonio dejó a Gabriel otra vez colgado en la línea. Luego de 15 interminables minutos, el anticristo regresó.

—Perdona, no puedo hablar ahora. Te cuento, anteayer me llegó otra bola de catrachos, los que mataron por narcos están llegando como balseros cubanos y ya comienzan a venir los de la necestencia, se quejan de todo, dicen que hace mucho calor, a todo le ponen peros y por nada se contradicen entre ellos, entonces me apagaron el fuego a puros miados, me han puesto una venta de carne asada y chuletas, elotes y pastelitos de chucho en cada esquina. Con mi reserva de carbón y leña dicen que van a hacer una térmica de energía para venderle al gobierno. Han abierto tres cantinas sin permiso, en el Fuego Mayor me pusieron una olla de tamales y un pijazo de chicharrones, colocaron focos de 100 watts porque está muy oscuro. Oye esto, hay un Esdras Odiado que a cada rato me asusta con sus sirenas de “última hora”, un tal César Ham ya me invadió ciertas tierras, un bigote ralo mano pandureca llamado Marvin Ponce, me insulta a los guardias, hay otro lana llamado Comandante Libreta, rico —con el engorde de niños y venta de órganos— de la noche a la mañana cobrando a mis espaldas. y para colmo las liebres estas están esperando a un tal Mal Zelaya, del mal sólo yo, que dizque me va a cambiar la Constitución del Infierno y lo van a elegir como nuevo Diablo Supremo, así que me están chingando la vida, me quieren hacer a un lado…

—¿Y entonces, Leviatán, qué harás?, ¿a qué te dedicarás, ¿qué clase de negocio desempeñarás?, ¿qué venderás?, qué tipo de huelga declararás?


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