Por : Mario Berrios
“¡Ese libro está buenísimo, tírese otro!”, fue el saludo y las primeras palabras de Alfredo Landaverde cuando nos conocimos. Fue en el 2007, entonces él acababa de leer una mis obras literarias y se había tomado el costo de contactarme, deseaba compartir experiencias. Reunidos en el supermercado frente al hospital San Felipe, me impresionó su trato cortés y jovial, así como sus reflexiones sesudas sobre el panorama nacional, en particular los temas acerca de la narcoactividad y los policías, jueces y fiscales corruptos, ¡tenía una claridad mental envidiable!
—Fírmeme este libro —me dijo luego del saludo.
—Es un honor —le respondí.
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miércoles, 14 de diciembre de 2011
jueves, 1 de diciembre de 2011
Todavia queda Honor
Por:Mario Berríos
Constantemente definimos el honor como una condición moral que nos obliga a observar la más acrisolada sensatez de compromiso y cumplimiento de los deberes, ante la ley y ante la sociedad, no ante gobernantes y políticos, ni politiqueros. El honor es base de la disciplina, independientemente de la naturaleza del conglomerado social. En la policía el honor adquiere una condición especial por cuanto su personal tiene la delicada misión de salvaguardar la vida de las personas, principalmente. Por ello, parte de su riqueza radica en mantenerse sin mancha y sin tacha. Observar en todo momento una conducta ejemplar es la mejor carta de presentación en la defensa de su propio honor. Así debe de cumplir con los deberes señalados en las leyes, no faltar a su palabra, ser y parecer honesto en todo momento, no incurrir en actos desleales (con los buenos), socorrer y ser solidario con sus compañeros en peligro, por supuesto de quienes están del lado de la ley.
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Constantemente definimos el honor como una condición moral que nos obliga a observar la más acrisolada sensatez de compromiso y cumplimiento de los deberes, ante la ley y ante la sociedad, no ante gobernantes y políticos, ni politiqueros. El honor es base de la disciplina, independientemente de la naturaleza del conglomerado social. En la policía el honor adquiere una condición especial por cuanto su personal tiene la delicada misión de salvaguardar la vida de las personas, principalmente. Por ello, parte de su riqueza radica en mantenerse sin mancha y sin tacha. Observar en todo momento una conducta ejemplar es la mejor carta de presentación en la defensa de su propio honor. Así debe de cumplir con los deberes señalados en las leyes, no faltar a su palabra, ser y parecer honesto en todo momento, no incurrir en actos desleales (con los buenos), socorrer y ser solidario con sus compañeros en peligro, por supuesto de quienes están del lado de la ley.
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