miércoles, 10 de agosto de 2011

Resistencia en la comunidad negra

Por: Mario Berríos
Con miras a la cumbre garífuna que se avecina, reunidos la Coordinadora Nacional de Organizaciones Negras de Honduras, CNONH, La Alianza 2-14, integrada por la Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH, la representación de los 53 patronatos comunitarios, las Federaciones de Patronatos Garífunas y el acompañamiento de muchos alcaldes municipales garífunas, asimismo la Asociación de Micro, Pequeños y Medianos Empresarios Afro Hondureños, CAMAFROH, y más de una decena de ONGs Afro hondureñas —comprometidos en labores en pro de sus comunidades—, acordaron en Asamblea General realizada en Funda (conocida como Guadalupe), departamento de Colón, el día 16 de julio de 2011, desplazarse a La Ceiba desde el 18 al 21 de agosto, fechas señaladas para la realización de la Cumbre Mundial de Los Afro Descendientes, según refiere Roy Guevara Arzú, Secretario General de Afro América XXI y Director General de Cedeco, en un documento que ha llegado hasta mi correo, con el objeto de realizar diversas acciones de manifestación en contra de este evento.
Según el escrito, el mandato de las comunidades garífunas es rotundo, hacer acto de presencia, ¡pero no participar en dicho evento!, por diversas razones: Primero, no es un proyecto donde la comunidad negra haya sido la protagonista a través de la totalidad de sus organizaciones y líderes, por lo tanto, no responde a las necesidades políticas, económicas, sociales y culturales, planteadas desde las interioridades del proceso comunitario y la interlocución política, lo cual viene a ser un instrumento de los poderosos, dueños de la mayor parte de la tierra que, históricamente, pertenece los garífunas, quienes a lo largo de muchas décadas han perdido más del 60% de sus dominios ancestrales. Sumado a lo anterior —interpreto a partir de los datos del original de Guevara Arzú—, para la mayoría garífuna el gobierno azul no cuenta con una política tendiente a resolver los verdaderos problemas del desempleo; el deterioro del ecosistema marino costero; la destrucción de los cultivos en comunidades garífunas por parte de terratenientes y ganaderos; la explotación terrible de los bosques que proveen de agua a las comunidades, por parte de campesinos, terratenientes, empresarios, políticos y militares; y la falta de apoyo a los centros educativos de estas comunidades, muy a pesar de la enorme contribución de los afro descendientes en el ámbito deportivo; ¡insólitamente la mayor parte de las escuelas no cuentan con instalaciones deportivas!

Por otro lado, considera una mayoría poblacional, no ha existido amplia, franca y abierta participación en la preparación de la agenda del evento, pues por sí sola la ODECO, una organización privada de socios, de mucho arraigo y buena dirección, no está validada por toda la comunidad negra para canalizar sus inquietudes y la resolución de su problemática. Lo más terrible, para los compatriotas afro descendientes, es la “grasa” política del evento. Los 150 millones de afro descendientes en América latina y El Caribe, cuentan con diferentes problemas, coincidentemente el 80% se encuentra en pobreza y, de ésta, el 67% condenado a la extrema pobreza. Sus tierras son asediadas por la riqueza: fuentes de petróleo, reservas marinas y ambientales, tierras fértiles, áreas aptas para el desarrollo turístico, la cultura en sí misma como capital social, no digamos la garífuna, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Sus posesiones, a lo largo de las costas, son acaparadas vorazmente por empresarios nativos y acaparadores de bienes inmuebles, políticos tradicionales (expresidentes y diputados, en su mayoría), inversionistas norteamericanos y europeos, militares y narcotraficantes, condenando a los verdaderos dueños a ser simples habitantes sin tierras, sin empleo, en la orfandad, prostitución, alcoholismo, mal nutrición e, incluso, a la muerte.

Las organizaciones y líderes garífunas, aglutinados en La Alianza 2-14 y la Coordinadora Nacional de Organizaciones Negras de Honduras, NO participarán en el evento, para ellos adherirse significaría avalar las gestiones sectarias del gobierno y darle un haraquiri —según palabras de Guevara Arzú— al proceso de reivindicación de sus derechos y demandas completas, convertirse en esclavos del plan urdido por el gobierno y del sistema que poco o nada le aporta a las comunidades afro hondureñas, pues el evento sólo levanta la imagen de la actual administración azul, así los afro descendientes claramente servirán de escalerilla o andamio de intereses partidistas y propagandísticos.

Ojalá durante la cumbre no traten mal a los garífunas en desacuerdo que manifiestan abiertamente su inconformismo con las políticas gubernamentales, ellos no son violentos, son alegres y dinámicos, ¡bailadores!, de buen trato, son tan fraternales que, me atrevo a pensar en voz alta, son los únicos que se sientan con los presidentes, brindan con ellos, aunque no les resuelvan sus problemas. En el pasado bailaron con Ricardo Maduro y, en el presente, Pepe Lobo se puso la camisa garífuna, pero poco o nada les resolvieron. Esa enorme masa poblacional espera que no los gaseen ese día por estar en contra de posiciones gubernamentales.

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