lunes, 25 de abril de 2011

Los clavos de la crucifixión

Por :Mario Berríos
“No me había cruzado por aquí porque pensé que andaba en las playas”, le digo a Ña Toribia, con su sirve para todo, don Chevo, a su lado. Qué va a ser, responde ella, él es clavo y cruz que me cargo, no ve que no se mueve para nada. Y uno de pobre qué va andar haciendo en esas playas, pobre y torcida, sólo que a ganarme una deuda hasta la coronilla, una raspada en un accidente, una quemada de sol o una buena tragada de agua chuca. “Pero el gobierno dice que todo está bien, Ña Tori”. ¡No hombre!, estamos reviviendo los tiempos de la Crucifixión, cuando los romanos mortificaban a sus enemigos, incluso a su población,

 hoy estamos resucitando esa variante del empalamiento, técnica de tortura y ejecución antigua. “¡Uyy!, Ña Toribia, ¿y usted de dónde saca eso?”. Para que se fije, yo estudié, pasa que por creer en mi sirve para nada me quedé en el camino y aquí me tiene. Historia era mi fascinación en la escuela y el colegio. Y como le digo, los ciudadanos recibimos clavos durante esta semana, con alzas indiscriminadas. Como argumento el gobierno antepone, contra nosotros, el Nazareno, que somos el país con precios más bajos, otro clavo, en la mente, cuando sólo en Guatemala sí de verdad tienen precios módicos. Como aquí es fácil vender cualquier mentira, también dicen que tenemos los balnearios más grandes de Centroamérica, cuando con sólo ir a cualquiera de El Salvador constatamos que estos son charquitos. Por eso no creo que en el resto de países centroamericanos crucifiquen como en su tiempo en los pueblos persas, cartagineses, griegos, macedonios, romanos, japoneses y egipcios.

Escuche, la causa de la muerte de nuestra paz, continúa con el alto precio del agua, para exponernos a la sed, deshidratación y desnutrición, aparecida con rostro de niño en el occidente del país, donde los verdugos dan un poquito de líquido vital —con bonos gubernamentales— para prolongar el sufrimiento. Sin embargo, la crucifixión va acompañada de toda clase de perrerías y flagelación, con el látigo flagrum, o a veces con el escorpión, así propinan golpe a golpe cada lunes, en las gasolineras. 80 azotes el galón de varias colas aderezados con bolas; y el escorpión, provisto de unos 60 ganchos de LPG doméstico. Pero al flagelado pueblo debe sacársele la piel a tiras, ¡con la canasta básica hasta las nubes!

Deme pastelitos e historia, Ña Toribia, vea que todo el comercio está cerrado”. ¿Será? Aquí han venido a dar a rebote de calcetín varios de esos SIFILOSOS. Hace años nos están crucificando con la inundación de bebidas alcohólicas, ¡30 millones de cervezas!, y crímenes, formas dolorosas y degradantes en que exponemos a nuestros conciudadanos, parecido al cepo o la jaula, como si fuéramos esclavos y bárbaros, de gobiernos que sólo administran para cupulitas, de paracaidistas y grupetes de poder. Mire, atontado el “Nazareno” con ese partido Real Madrid-Barcelona, hasta ustedes, allá, donde ese tal Diego y su gífiti. “No se meta mucho con esa gente, no ve que son influyentes, ahí usted sólo ve líderes que exponen sus tesis, izquierdosos, como el abogado David y Araque, derechosos como Mahamán y el Tú, el dirigente garínagu Humberto, Carlitos Morán, de Nece, aunque no se desgalilla porque jamás le han mandado ni una aspirina de la presidencial, ¡todos son de peso!, sólo levantan el teléfono y tienen línea directa con Malito, Pepín y Chávez”. Bueno, reconoce Ña Toribia, entonces dejémoslo ahí, retiro lo dicho.
Por supuesto con todo este berenjenal dirá Roma que es problema de Pilatos, quien se lavará las manos y le echará la culpa a los del pasado, en cuenta a Malito y al que se autonombró héroe, ¡fiera con las manos y el cuadre de números! Ahora tenemos el clavo en los pies, en el palo vertical, con los altos impuestos por auténticas, compraventas, arrendamientos, agua, luz… Al otro día quería autenticar una simple carta, ¡pangam!, 900 morlacos, eso es una grosería para el pobre. “Yo a su Chevo le autentiqué un permiso para salir una noche”. ¿Yo le firmé eso? “Sí, Ña Tori”, pues la próxima no le firmo nada a este bandido, de la bolsa de mi delantal ha de haber salido el biyuyo. “No, le salió de gratis, he allí la importancia de tener amigos”. Mejor deje de andar apañando a este desganado. Al Nazareno le quiebran las piernas cuando nos apoyamos en un banco, con las altas tasas y el cobro desmedido por parte de las emisoras de tarjetas, negocio del año en los resúmenes de utilidades, es que es fácil tener un pueblo de lumbos, listo para destusarlo.

Al pueblo así le gusta vivir, Ña Toribia”. Claro, este Nazareno poco pide en su defensa, vea los de la nece, cuando vienen verdes se alborotan, lo malo es que les dan falsos esas liebres de Tegus. Llevamos décadas cargando el patibulum ante las despreocupadas miradas de los politiqueros de siempre, con la corona de pinchos. Según los de los azos, los primeros dos años son para gobernar, el resto “para nosotros”, filosofía acuñada por los seguidores del hombre de las 31 órdenes de captura y sus acólitos. Los Craso de hoy, hacen crucificar a ocho millones de Nazarenos catrachos con la exagerada planilla que tenemos que llevar a espaldas, más los constantes viajes de los presidentes de los poderes, con comitivas más grandes que las flotas de barcos llevadas por los romanos. El padecimiento de Los Espartacos, a lo largo de la Vía Hondurian, durará años, le aseguro, ¡coma, tenga, tenga, aquí están sus pastelitos!, mientras no depuremos el sistema, con otras opciones y formas de gobernar.

La causa primaria de la muerte por crucifixión es la asfixia, con tanta droga. La invalidez gubernamental sólo nos refleja el triste destino de morir, como sociedad, colgados por los brazos, ahogados, desangrados después de una brutal paliza, como para precipitar la muerte por embolismo graso y hemorragia interna. En Roma no era raro que algunas personas fueran enterradas vivas por carecer de medios precisos para certificar la defunción; y de las tumbas judías se podía escapar, pero en Honduras, de las falacias, promesas y trampas de estos politiqueros, no...
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