sábado, 2 de abril de 2011

Brujeria y otras yerbas

Por : Mario Berrios
Hoy sí le tengo dos buenas, me dice Ña Toribia, sus pastelitos y montucas, la otra es de brujería en política, se la digo después que éste estorbo, agrega, echando tortillitas y viendo de reojo a su compañero, deje de estar de garañón con la trabajadora, ¿lo ve, lo ve?, cuando esa joven viene a ayudarme es un mico en una rama, ahí sí se echa su siete machos. Tome, tome, me dice al rato, cuando agarro camino, lleve para su casa estas montucas, aunque de seguro se las va a atorar con los SIFILOSOS, pero allá usted.

—¿Y la de brujería, Ña Toribia?
—Se la contaré porque sé que a usted no se le ha extraviado cheque en esa presi, es que la brujería ya se metió. Oiga, ¿ha visto a unos soldaditos llorando por un tubazo?
—Gajes del oficio, si no observe cómo la muchacha chinchinea a su don Chevo.
—Ni me hable de ese bueno para nada. Pues esos soldados y policías ya están como los jueces y al maistrito llorón cuando lo amenazaban, allá fue a pegar a los yunai. El peligro mayor todavía no lo han descubierto en el gobierno, contra la brujería no podrá la pandilla azul, la magia negra es otro rollo, no vale el arma al cinto, la bota o el mal encarado, gritos, ni nubes de gases “lagrimógenos”, ahí sólo que anden en sus carteras algunas yerbas, cruces, oraciones y secretos.

Oiga, me continúa explicando Ña Toribia, brujería en la política pueblerina, ¡quién para imaginarse!, tienen una organización milimétrica, ahí también existen jefes, en su jerarquía son más férreos que en la iglesia, con mayor disciplina prusiana que en el ejército, usted ha de saber mejor. Escuche, están reclutando jóvenes en edad de "transmutar", o sea, de liberar esa fuerza interior, su "yo", de 1 a 17 años, lo que significa “inimputiable” jurídicamente. Han sido reclutados para cumplir ciertas tareas, estos son brujitos menores entrenándose en bola negra. Su principal misión es aprenderse la "oración del gato negro", para cuando coloquen bombas, sólo vean la sombra de un gato oscuro. Hay quienes les asignan la tarea de fumarse un puro enviado de Cuba, con una oración envuelta en el habano, la del rayo, para afianzar los músculos de las piernas y correr de una ciudad a otra sin cansarse.

Aquí le va otra que “naide” sabe, hay un equipo especial de brujas expertas, listas para ponerle un sapo a los actuales marrulleros, porque, sabe, sólo es que cambiamos de marrulleros. El aguilucho pico largo de la caja fuerte a su lado, “la” actriz mexicana María Félix, el desleal y hombre del gran teatro y despilfarro Nacional y el señor de la sonrisa de oreja a oreja ya lo andan “chilinchineando” adentro. ¡Ah!, se me olvidaba, también el diputaditito ese de la salada casa de oro y el que no encuentra ni a una pulga y llega ocho meses después. Tendrán que buscar gente que sepa deshacer amarres y nudos ciegos, si no se los chupa la bruja.

¡Oiga!, tienen buena jerarquía, brujos mayores, el del corrido del caballo, que, como bien sabemos, desarrolló sus poderes telequinéticos con el de la barba. Esto es un secreto, pero cuando los enmascarados lo iban a rociar de balas, recurrió a esos conocimientos, hipnotizándolos, así logró llegar a otro país. Tan buena es esa técnica, que hoy los soldados y el piloto ni se acuerdan de esas piruetas en tierra y en el aire. Es tan gallazo, que ingresaba por las noches en su cuerpo astral, a los días regresó para colarse montado en una nube, después llevado en peso por una lechuza, por último como aceite de carro. ‘¡San Jorge, patrón de los dragones me ampare!, ahí hay gente que no se come la tortilla sola. Un profe tiene la habilidad de hacer igualita cualquier firma, ¡y no solo eso!, puede asimilar en diferente cuerpo, como le dicen a meterse en otra persona, así entra en bancos y se cacha un cachimbazo de billete de otros colegas suyos, ¡ja, ni los mejores auditores!, de esos de corbatín o emcopetaditas de Tegus logran descifrar el misterio, más fácil, si se descuidan, que queden mudos, ciegos y sordos, de ahí que ni puedan levantar audiencias de descargo. El profe brujo se despide de esas comisiones investigadoras con estas palabras, “pero no les guardo rencor, les deseo éxitos en esa tarea”, luego los santigua.

Le cuento, hay otro famoso profe que cuando la policía reprime se convierte en perro, pasa en medio de los poli ¡y nada! Vean ciertos videos, observarán un perrito como si nada. El hombre apuesta a ese secreto porque ya días, en uno de esas zurras, a él le tocaba morir de espanto entre las nubes de gases, pero su poder lo salvó. Bueno, aquí va otra, los brujos mayores se reúnen en México. De nuestras honduras llegó un doctor que despidieron de insalubridad pública, con buen grado otorgado acá, pero puesto en tierra azteca su sorpresa es que se dio cuenta de su pequeñez en las artes ocultas, pues los mexicanos tienen tanto poder que pueden levantar a una persona sentada en una silla. Este doctor ha convencido a muchos cipotes de que él tiene el poder de auto regresión, entonces a los de más galillo los envía a otra vida, pero pasada, allá se encuentran que han sido soldados del Che Guevara y de Morazán, de esos algunos al despertar nada recuerdan, sólo resultan con ligero cosquilleo en su parte íntima y borrosas visiones sobre muchachas de 15 a 20.

Volviendo al brujo mayor, una hija clonó un caballo, pero después aparecieron 9, luego otros 9, de tanto pisto. A los cipotes ya preparados les dan el talismán de los 7 poderes: Tacto, por si fallan los ojos, lengua para el verbo, oído por si le fallan los dos anteriores, vista de águila, nariz para olfatear y así evitar lagrimógenas, prestidigitación para visualizar hechos a futuro y desplazamiento re-moto, es decir, en varias motos. Unos maridos preñan a sus profas de viaje por concentración, mental. Hay profes que están en Choloma y ya saben qué hubo en las asambleas de Tegucigalpa, pura telepatía, amigo. También tienen un experto en quiromancia. Hay un profe que ya sabía el nombre de 7 detenidos y que los iban a meter al tabo de Támara. Otros vuelan, por ahí unos lo pueden partir en dos con una faja, no falta quienes nadie los puede tocar, a algunos las balas no les entran, ciertos peleadores estilos Go ku, otros volando llegan y volando se van.
—Mmm, tan adormecidos han de caminar esos cipotes que da pesar —se entromete don Chevo, que no despega oreja a las conversaciones…
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