domingo, 17 de abril de 2011

Brujeria en los bujetes

Por: Mario Berrios
Como en las pasadas semanas he escrito algunas líneas relacionadas con la brujería, los brujos mayores y su jerarquía en Honduras, aparentemente di en algún clavo, no sé si de línea de ferrocarril o de olor, de tal manera que, me aseguraron, de parte de su sociedad de entendidos en la materia, aportar material para mis temas. Aunque estoy en el más allá, pregunta, hable con nosotros y te dispensaremos datos, me aseguró Kilimako, a ti ya te conozco, te querían meter una solitaria en la cabeza para que no escribieras, pero como que tienes tu buen amarre, ¿verdad?

¿Qué quieres saber ahora mismo?, ¡lo sabemos todo!, aquí te damos nombres, números telefónicos, correos, pin de BB, ¡todo! Yo, que desde el inicio de la conversación ya estaba maquinando interrogantes, no le di tiempo de pensar, “aja, dígame, ¿cómo está la situación del hombre de la sonrisa y su papel en las recientes fiestas garífunas?”. Facilito, responde Kilimako, te fijaste que le pusieron la camisa en Bajamar, pero ningún garífuna aparece a su lado, nosotros los desaparecimos de las fotos y los videos. “¿Y eso?”, ¡jum!, porque sólo llegan, dan la mano, bailan, discursan y nada arreglan, allá siguen con los mismos problemas, de castigo quitamos a los garínagu, es que aquí tenemos uno de ellos.


Bueno, ahora dígame, ¿cómo está la brujería en los “bujetes” legales?, como la situación está fea algunos colegas han preferido ese giro comercial”. Te tengo la de una doña pies rápidos, cachureca, lava el bujete, como dices, con cloro y ruda los martes y viernes. De nada le sirve porque no mira ni una, hasta los cachurecos se le han dado vuelta, hoy es necestente. Satán la corrió por Roma, y lo odia. Maduro nunca le paró bola, solo afiches pegó, el diputaditito de la salada casa de oro que le rebotó el tribunal de cuentos, que tú dices, no puede ni verla. En la alcaldía se pasó a pin-pon y nada, después se tiró sin paracaídas a buscar chamba con Pandilla, menos. Perate, no te impacientes, todavía me falta más. Pertenece a la ola xiomarística y por las noches salen a orar al parque, a pedir por Malito. Nos tiene chuecos a nosotros porque aduce que no le ha pegado a la fórmula correcta de la brujería, pero es que no se ha conectado con nosotros, debes saber, Mario, no fallamos. “¿Y qué más?”, pregunto. ¡Ah! Es gran católica! Anduvo en la UD y ni le paran bola. Es partidaria de los 100 dólares por tarea, para colmo le salieron falsos. Llegan al bujete de ella a venderle ruda, pico de mapache, manteca de danta y llantas para quemarlas. ¡Vieras!, si pudieras, como nosotros, volando o convertido en animal, verías el traje y la capucha que le mandó Chávez, son varios los que lo tienen, para lucirla con orgullo en sus reuniones. Lo que no saben es que no les darán cupo si se forma el nuevo partido socialité. ¡Oye!, tienen un puro de Fidel en una caja de cristal y aseguran que el barbudo es de tu pueblo, de Olanchito, que por eso Fidelín quiere lo mejor para Honduras, no digamos Chávez. Bueno malísima cachureca dicen, ¡si es que hay buenos!

“¿Y de Tegus qué me cuenta, Kilimako?”. Mm, acá la cosa está peluda para el pueblo, sólo los del gobierno tienen pepe para mamar, el de la sonrisa pasa amarrado, tiene sapo en panza, míralo cuando camina. Te diré la de un bujete de alto vuelo, el del pan dundo, se alió con nosotros, por eso le ha ido bien, aunque ahora se está descarrilando, ve no se caiga de la moto. Pasaba chupando, mujereando, en bares de mala muerte, gastando el billete de una herencia. Su esposa, ya cansada, le dio un ultimátum, iba a divorciarse pues a ella también le heredaron un billetón y no permitiría que él se lo chupase. El leguleyo, ya hule y preocupado, buscó ayuda en un centro espiritista. Oye la jugada que hicimos, ¡magistral! Le advirtió a su vieja que el viernes al filo de la media noche todo iba a cambiar, que ella era creyente y que le diera su oportunidad. Bueno, llegaron las doce y tocaron a su puerta, aparecieron tres personas con atuendo negro, incluyendo sombrero, sin dar explicaciones rompieron los muebles en cruz, como buscando algo, las camas, la cocina, el cuarto de la nena, rompieron su camita en señal, después siguieron con el patio, muebles y, por último, escarbaron en los cuatro extremos de la casa.

En el primero, segundo y tercero no hallaron nada, a todo esto el tercer sombrerudo, con un pequeño libro de oraciones recitaba y rociaba un líquido en cruz. Al abrir el cuarto se oyó aquel intenso tono de su oración, los demás se cubrieron el rostro con un manto negro, ¡allí estaba el problema!, la causa del comportamiento del aboguaro, encontraron lo siguiente: una muñeca barbie, vestida con etiquetas de cerveza negra, un puro cortado en signo, tres monedas forradas con etiquetas de guaro, una tarjeta del abogado con una uña de mujer adherida, larga y en ella pintada una cruz, todo en una caja negra y con una manta negra. El togado enloqueció y sus ojos se desorbitaron, claro que a todo esto un espiritista ya lo había sujetado con un cordón rojo que lo inmovilizó. Acto seguido le sugirieron a la esposa acompañarlos al barril de la basura y prenderle fuego. Al poner el fósforo se levantó una llamarada de tres metros, ¡no quedaron ni las cenizas!, los meros-meros después procedieron a soltar al legista, quien ya calmado pidió perdón a su esposa y, arrodillados ambos, se juraron amor eterno. Así, bañados en lágrimas, nos vieron alejarnos, a sus salvadores. Antes le aconsejamos al togado incursionar en la política y que si seguía nuestros consejos llegaría a ser uno de los grandes de este país. Cumplió al pie de la letra las instrucciones, salvó su matrimonio, volvió a su vida holgada, despreocupada. Hoy es un modelo a seguir pues ha triunfado en la política con los rojos, nadie creía que con su problema del tartamudeo iba a llegar tan lejos. Cuando lo entrevistaron nadie daba un cinco, yo cuando lo vi con su lengua pesada nunca imaginé que llegaría tan alto y que se metería a la fumada de puro con Malito.

¡Otra! En infinidad de bujetes le rinden pleitesía al chaparringo del toletazo, al negrito gritón fondista y al ojos de gato de tu pueblucho, donde tenemos varios buenos de los nuestros, no te hagas el de a peso. El ojos de gato — ese doble agente y convertidor de dólares buenos en malos— dice que son genios, gozan, pero han de ser de la lámpara apagada.
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