Los miembros de la Alternativa Bolivariana para las Américas, organización conocida por las siglas de ALBA, acaban de reunirse para darle su respaldo al “hermano” Muhamar Gadafi por sus sangrientas represalias contra el pueblo que lo ha soportado por más de cuatro décadas de gobierno dictatorial y, dictando a la vez, un mensaje público de que harían lo mismo cuando sus opositores pretendan rebelarse contra ellos.
El cerebro de esta miniOEA que tiene su sede principal en Caracas, ha sugerido nombrar una comisión internacional para mediar por la paz en el Oriente Medio y propiciar que todos los muertos habidos hasta la fecha puedan resucitar y el sátrapa libio siga gobernando a su antojo, no importa el rechazo y la condena que ha recibido de la ONU, de la Comunidad Europea y de los países democráticos del mundo libre.
Para que tenga un parecido a lo ocurrido en Honduras, el mediador sería Lula da Silva quien, seguramente, después de que Gadafi sea defenestrado, tendría en Trípoli las puertas abiertas de la embajada brasileña para, desde ahí, volver al poder o elegir una isla paradisíaca para vivir el resto de su vida con holgura, comodidades y estipendios de sus amistades.
Lo más seguro es que Gadafi elegiría a la Isla Margarita para estar más cerca de su incondicional hermano del alma. Por supuesto, no olvidaría jamás la hermosa réplica de la espada de Bolívar que Chávez le regaló a cambio de una montura. Al venezolano, está demostrado, no le interesan los regalos de sus poderosos amigos del Medio Oriente; Mahmud Ahmadinejad, dictador de Irán, le regaló en 2009 varios cientos de tractores para aplicarlos a la modernización de la agricultura venezolana. Pero, el buenazo de Chávez, los trasladó a Honduras donde fueron recibidos en medio de fanfarrias y de feriado nacional.
Otro entusiasta ahijado de Gadafi es Daniel Ortega. Más tardó Chávez en proponer la mediación, cuando el presidente de Nicaragua ya estaba aclarando que en Libia no sucedía nada, no se había divisado ningún avión bombardeando y tampoco había muertos. No es fácil para este vecino ambicioso de poder, dejar de proveerse de petrodólares para sus campañas de reelección que lo distinguirán una vez más como violador -no solo de su hijastra- sino de su Constitución y del derecho territorial que le corresponde con Costa Rica.
El colmo de los colmos lo ha revelado Ahmadinejad, calificando a los sucesos de Libia como “grotescos”, mientras él sofocaba violentamente las protestas contra su nefasto régimen, y prometiendo derribar las democracias de EE.UU., Europa y otras naciones “por oprimir y humillar a los pueblos”. ¡Habrase visto semejante descaro! La hipocresía no para allí. Todos estos déspotas que aún tienen derecho a la palabra, siguen urdiendo patrañas para sostenerse en el poder, engordando sus cuentas bancarias y llenando de ignominia a sus territorios. El iraní ha dicho con inaudita frescura que “el mundo está en el umbral de grandes acontecimientos”, pero no aclaró si para derrumbar satrapías como la suya.Mientras esto ocurre, habrá que esperar si la montura que Gadafi le obsequió a Chávez fue una premonición para que se busque un corcel y empiece -como el Llanero Solitario- a cabalgar fuera de Venezuela, o simplemente para que la regale a algún protegido jinete que por nuestros lares ha demostrado ser fiel amigo de los equinos.
Con padrinos de esta catadura, ya nos imaginamos el futuro que proyectan sus ahijados para nuestros pueblos.
Fuente : hablemosclaro.com
lunes, 14 de marzo de 2011
