jueves, 10 de febrero de 2011

Hablemos de las tres “T”

Wilmer Perez,columnista La PrensaPor : Wilmer Pérez: wperezSPAMFILTER@laprensa.hn
La fórmula de las tres “T” sigue siendo una esperanza fallida en Honduras desde hace varias décadas. Y la crisis se agiganta a un año de instalado el actual Gobierno porque no hay ni síntomas de que la receta cambiará: no hay techo, no hay trabajo y ahora no habrá tortillas.
La promesa de resolver la falta de viviendas para gente pobre es una mueca de mal gusto, y ayer, hoy y mañana no habrá posibilidad para personas, ni de medianos recursos, de adquirir un techo digno, peor con el grosero aumento de precio de los combustibles que han venido a encarecer los materiales de construcción.

La falta de trabajo de casi un tercio de la población es humanamente irresistible. El Instituto Nacional de Estadísticas calcula que un millón 300,000 hondureños están desempleados o subempleados y la tendencia para este año es hacia el caos. Nadie puede estar contento si no tiene ingresos para mantener a la familia, costear sus estudios, pagar los impuestos y servicios públicos, comprar ropa, zapatos y, por esta época, adquirir uniformes y cuadernos para volver a las aulas.

Por mucho que se diga, la escasez de oportunidades engendra la necesidad de salir a la calle a sobrevivir como sea, incluso, asaltando, vendiendo droga o matando a cambio de unos cuantos lempiras. La llamada Ley de empleo temporal, por lo que he investigado, no ha abierto las puertas como se creía. Miles de estudiantes de secundaria y universidades no podrán coronar sus aspiraciones debido a que, si consiguieron empleo en Navidad, ya no están trabajando. Además, los dueños del capital no pagan lo que mandala ley y, aunque lo nieguen, están presionando a sus empleados permanentes a renunciar para contratar a temporales con bajos salarios y sin comprometerse a reconocer derechos laborales.
En cuanto al precio de las tortillas, los productores ya anunciaron que subirá el precio del maíz a 500 lempiras el quintal. Eso significa que la libra costará entre seis o siete lempiras en los mercados populares y pulperías. ¿Podrá un hondureño sin empleo comprar una tortilla por un lempira? Ni en sueños.

De los frijoles no hablemos. A pesar de que la cosecha de postrera ya salió, su valor no ha bajado en el mercado, ni siquiera cuando el Gobierno congeló su valor. Claro, en las altas esferas del poder, con los sueldos que se recetan los funcionarios, no es posibledarse cuenta de esta realidad.

A la fórmula de las tres “T” no he agregado la de las tres “S”: seguridad para la población secuestrada por la violencia, salud en los hospitales públicos abandonados y, sobre todo, solidaridad con este pueblo hambriento e insatisfecho.
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