miércoles, 9 de febrero de 2011

¡ Para trámites administrativos ! por : Mario Berrios

El excesivo cobro, denunciado por compatriotas residentes en Houston, Texas, no es novedad, novedad fuera que, finalmente, algunos cónsules y sus empleados no le sacaran el agua de los ojos a sus propios compatriotas. Me consta, nuestros connacionales no reposan en camas de oro y seda en los EUA, ni andan en carros último modelo, tampoco son socios de grandes emporios económicos, no compiten con Donald Trump y menos para codearse con las figuras de Hollywood, lo que poseen les cuesta sangre, sudor y lágrimas, trabajan de sol a sol, de noche a noche, bajo el intenso frío o en época de calores infernales, la necesidad obliga.
Recientemente, la Asociación de Hondureños de Texas interpuso una denuncia ante el Ministerio Público en contra del Consulado de Honduras en Houston, por el cobro excesivo en el trámite de pasaportes. El tema es que en muchos lugares se lleva a cabo la misma y vieja práctica de oficinistas bandoleros, ricos al término de un gobierno.
Para que un compatriota —luego de pedir permiso, viajar largas distancias y exponerse a otros riesgos — obtenga su pasaporte en un consulado móvil (excelente medida), debe cancelar 35 dólares, más otros 75 verdes entre una “murundanga” de trámites que le detallan en chino, “para trámites administrativos”. Para ello son obligados a “legalizar” la “culebra” que les pasan mediante la firma de recibos de autorizaciones. ¿Qué cónsul no va a desear hacer una caravana con esas ventajas económicas? Por ello exigen no menos de 250 personas a donde llegan; 7 mil dólares extras no suena mal en una levantada. Por los 35 dólares y dolores que les desfiguran el rostro, algunos paisanos se quejan de que hasta los tacones de los zapatos les duelen al pagar esas sumas, ¡les crujen sus dientes!

Con la disculpa de los honorables diplomáticos que sí cumplen con su deber, lo inaudito es que muchos burócratas son avalados por el ministro y sus allegados, claro, la onda expansiva económica o, mejor dicho, caleta de dólares, se moviliza desde el extranjero hasta la capital, bueno, tal es el cuidado de la industria, que ni en el Congreso le paran bola al reclamo de nuestros compatriotas residentes en EUA u otras latitudes, ¡es que el beneficio extra generado por el “bonito” y lucrativo negocio se puede perder! “¡Ahh!, ¿y es que voy a ir de fay a ese puesto?” —dicen algunos.

Llega un funcionario, hace lo mismo, llega otro, igual, se va, el que releva sigue con lo mismo; es la de nunca acabar, las “monjitas” hicieron lo mismo en una representación y la cosa quedó en nada, sólo las heridas de nuestros compatriotas siguen más profundas, tiñendo donde ponen sus pisadas. Tampoco es secreto que en muchos consulados trabajan 4 horas diarias, de 10 AM a 2 PM, esto sin contar con los becados, porque ellos son intocables, están debidamente autorizados. En esas escasas horas laborables, sabido es que muchos trabajadores del redil diplomático, principalmente los recomendados, amores de lejos y paracas a medio vapor, atienden de mala gana, no responden los teléfonos y someten a sus coterráneos a graves insultos, gritos, vejámenes, trato como si de personas de muy baja condición se tratara. Otros a veces no atienden porque están ocupados haciendo el amor. Se sabe que algunos compatriotas se alteran de voz porque no son atendidos en momentos que el funcionario está ocupado con su él o la de turno, haciendo el amor, pero ellos y ellas tienen derecho, ¿o no?, estimado lector.

La gente ha de pensar que allá el dinero se recoge en las calles como si de hojas verdes se tratara, y que a quien los polleros o coyotes llevan les perdonan las deudas. También han de imaginar que muchos no se vienen porque el hermoso país tiene demasiados atractivos como alejarse de esos exóticos lugares, desconocen que miles de compatriotas no regresan simplemente porque no tienen ni el pasaje, a ellos les queda el camino de delinquir o el de desaparecer de hambre entre las selvas de edificios y estructuras de las grandes urbes.

A ninguno de nuestros queridos compatriotas le sobran 35 dólares, quienes en parte sostienen la economía del país con enormes sacrificios, muchas veces manteniendo familiares, padres y hasta un vago o “mafufo” que se acuesta a dormir porque tiene un tonto trabajando para él allá en los yunai. La propuesta de la asociación de residentes en aquel país de sufragar los gastos de movilización del consulado móvil, a cambio de que no le cobraran a los asistentes los 35 dolores (dolores de verdad), no le cayó en gracia a los funcionarios, “¡ajá, cómo no!, ¿y nosotros dejamos de  “¡percibir ? ¡choo!”.
www.marioberrios.net
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