miércoles, 26 de enero de 2011

Flores para Fergie : por Mario Berrios

Hace dos años, no recuerdo exactamente, tuve conocimiento de un artículo publicado en este prestigioso medio, donde Fergie Alice Ferg, hablaba de su devoción por mis libros. En la foto aparecía modelando con una de mis obras, MATA… O MUERES. Por supuesto me llenó de alegría saber que mis relatos son leídos y aceptados en diversos grupos sociales.

El miércoles de la semana anterior, desde buena mañana muchos amigos me llamaron para comentarme sobre la muerte de ese lector, de nombre verdadero Williams Afif Hernández. Como iba de viaje, pensé en patentizar mi agradecimiento y pésame, por la trágica muerte de mi lectora (por heridas de 6 balazos), con un arreglo floral. Pasé por una floristería y, desde luego, averigüé dónde estaban velando el cuerpo. Amistades me sugirieron visitar el local de la Comunidad Gay, en el barrio Concepción. Me costó llegar, fui preguntando de esquina en esquina, así recorrí como 20 cuadras, hasta dar con el sitio. Si alguien me hubiera dicho con tiempo que queda frente a Líbano Industrial, me hubiese ahorrado el montón de paradas y preguntas donde pedía referencias, so pena de que alguien me reconociera y pensara que andaba buscando la asociación para afiliarme.

El lugar estaba cerrado, pero a los pocos minutos llegaron varios miembros, quienes de inicio me atendieron nerviosos y con mucha cautela. No es para menos, un promedio de 17 asesinatos a nivel nacional es para pararle las orejas a cualquiera. Luego de presentarme las cosas cambiaron, fui bien atendido, “sólo vengo a dejar personalmente un arreglo floral a Fergie”, dije, y de seguido pregunté “¿dónde es el velatorio?”. “No, me respondieron, ya está enterrada”. El local me dejó el sabor de que ellos no reciben ayuda del gobierno central, menos del municipal, lo cual confirmé en pocos minutos, a pesar de que se llenan la boca diciendo que apoyan a toda la sociedad y los grupos, la única ayuda prestada por el gobierno y sus ministros es la cantaleta de siempre, “vamos a demandar mayor compromiso de las instituciones del Estado”. Posteriormente supe que USAID es la única institución que les brinda apoyo. ¿Y las universidades, las iglesias y organismos de apoyo, dónde están? Un librero yace en una esquina del local, eso me sugirió la idea de apoyarlos con literatura, nacional, por supuesto, mi preferida, lo que en su momento haré. Finalmente me prometieron llevar el ramillete de rosas a la casa de los familiares de Fergie, en el barrio Cabañas.

Puesto en camino, intrigado, realicé varias llamadas para conocer de cerca los conceptos y problemas que aquejan a estos grupos, es que me pareció gente buena, con destinos truncados. Primero, a diario padecen el rechazo familiar, especialmente porque muchos atrasados no entienden ni estudian el fenómeno del comportamiento humano, sus diversos gustos, máxime cuando la persona señalada no tiene un apellido de renombre social. Las personas de la comunidad Lesbiana, Gay, Bisexual y Transexual, LGBT, padecen el odio y rechazo también de la sociedad, en las calles y las empresas, donde no encuentran trabajo. Ese rechazo enconado en el seno de su familia y en la calle, las obliga a algunas a refugiarse en la droga, el alcohol y la prostitución, donde se vuelven blancos fáciles de actividades criminales. Más allá, también son víctimas de ataques por parte de policías nacionales y municipales, quienes ven —en ocasiones y a la sombra de la noche en algún lugar— la ocasión de saciar sus instintos bestiales, siendo llevados a la fuerza para sostener relaciones; asimismo normalmente amenazados, detenidos y golpeados. Por si fuera poco, como los LGBT han estudiado su situación personal, no desconocen las leyes, por ello alegan sobre la protección de sus derechos, lo que desencadena la furia de policías o militares en las calles.

Homosexuales, bisexuales y personas transgénero son humanos, con los mismos sueños, temores, deseos, amor y dificultades diarias de cualquier persona, con aspiraciones personales y opiniones independientes sobre su condición, son gente común y corriente, con la misma capacidad de hacer el bien tanto como el mal. Su problema radica en salirse del esquema con una forma de sentir y pensar diferente a los socialmente aceptados, por lo cual no pueden ser perseguidos ni condenados.

Un amigo me refirió que en esa asociación brindan charlas sobre Derechos Humanos y prevención del VIH y que tienen una clínica equipada para realizar prueba rápida del VIH.

Otra persona me comentó que Fergie —quien seguramente anhelase ser recordada como mujer— proveía el sustento para su madre y hermanas menores, que ejercía el trabajo sexual por las noches, pero que durante el día preparaba piñatas para complementar un salario estimable… A mi lado, mientras conducía, reposaban varios pétalos desprendidos del arreglo que había entregado en la asociación…
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