domingo, 28 de noviembre de 2010

Amaya Amador muere en accidente aéreo : por Juan R. Martinez

El diario EL DIA, en su edición del 26 de noviembre de 1966, publica bajo el título AMAYA-AMADOR MUERE EN ACCIDENTE AEREO, la nota siguiente: “El cable internacional nos trae la noticia del trágico fallecimiento del compatriota Ramón Amaya-Amador, intelectual cuyo nombre ha sido altamente calificado por la crítica nacional e internacional por sus novelas de corte social. Amaya-Amador, era oriundo de la cívica ciudad de Olanchito, y gran parte de su existencia la pasó en el exilio; primero en Guatemala, Argentina y después en Checoslovaquia, donde se le ofreció la oportunidad de dirigir una revista; en su cuna natal dirigió algunas publicaciones y en Tegucigalpa fue redactor de planta deDiario El Cronista. Sus novelas Prisión Verde, Los Brujos de Ilamatepeque, Constructores, etc. tuvieron siempre la aceptación pública pues fueron escritas pensando en la problemática nacional”17.

En Olanchito, Cruz Pery, especializado en la distribución de los periódicos capitalinos, oyó la noticia en el Diario Matutino y corriendo fue a contárselo a Domingo Urbina. “Mingo”, el entrañable amigo de Amaya-Amador escuchó la noticia y sólo pudo decir “¡Carajo, qué fatalidad!”, y en forma discreta, empezó a llorar silenciosamente por la muerte del mejor amigo que le había dado la vida. Cuando su esposa Argelia le preguntó que le pasaba, simplemente le dijo: “es que se murió Ramón”. Y siguió llorando silenciosamente.

El 28 de noviembre, el diario EL PUEBLO, vocero de los liberales hondureños, incluyó en primera página “Escritor hondureño muere en un accidente aéreo”. La nota es la siguiente: En un despacho de prensa fechado en Viena, hemos recibido la dolorosa noticia del trágico fallecimiento del escritor hondureño Ramón Amaya-Amador, desde hace muchísimo tiempo radicado en Checoslovaquia. Amaya-Amador fue redactor de El Cronista y autor de varias novelas de circulación universal. En Honduras el Círculo Literario Universitario le dedicó en el año 1958, un sentido homenaje de admiración por su obra literaria que honraba las letras nacionales. Los círculos intelectuales del país, deben testimoniar su pesar por la muerte de Ramón Amaya-Amador, olvidando sus inclinaciones ideológicas y haciendo prevalecer su alto valor como escritor de nota. EL PUEBLO patentiza su sentimiento de pesar por la muerte de este ilustre escritor hondureño18.

Fuente: Ramón Amaya Amador Biografía de un escritor, Editorial Universitaria, UNAH, Tegucigalpa, 1995.
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