martes, 20 de julio de 2010

El extraño juego de los liberales (Juan R. Martinez)

Los liberales quieren seguir contemporizando con Zelaya. Creen que es políticamente correcto; y por ello favorable a sus intereses, atraerlo a su seno, porque ello significará un sustancial incremento de su membresía. Pasan por alto que éste y sus principales seguidores, no creen en el liberalismo. Y que, más bien, abogan por un partido socialista que privilegie el papel del estado por encima de la sociedad civil y las personas, que cambie el modelo capitalista de producción, basado en la actividad privada y la espontaneidad de los mercados, por un capitalismo de estado; y que abandone la voluntad de los ciudadanos en elecciones libres, como fuente de legitimación, sustituyéndola por encuestas manipuladas y ordenadas en cada caso. Es decir que quieren pasar de la democracia, al autoritarismo caudillista, continuista y dictatorial.

Sus principales dirigentes, llevados por un realismo político inclinados hacia cierto oportunismo fácil, creen que el retorno de Zelaya, junto con sus seguidores a las filas del partido, le permitirá al liberalismo volver a ser el partido mayoritario que imaginaron que fue. Pasan por alto que el 28 de junio, los efectos del miedo entre una población inclinada a la derecha y opuesta al cambio político brusco, supuso un cierto rechazo al Partido Liberal. Y que, las elites y la clase media, tomaron conciencia de la peligrosidad de una facción política que desde la irregularidad, pretendía hacerle daño a las personas que no estaban de acuerdo con sus posturas, por lo que le dieron la espalda al liberalismo. Los votantes, asustados por estas prédicas, votaron por el candidato nacionalista, no porque éste era el mejor, sino que el menos malo para enfrentar al “zelayismo” que se consideraba entonces y se sigue considerando ahora, como una real amenaza que le quita el sueño a la mayoría de los hondureños y las hondureñas.

De conformidad a lo anterior, el retorno de Zelaya al Partido Liberal es el peor negocio que pueden hacer. Los nacionalistas batirán palmas. Algunos liberales pueden calmar las conciencia, porque sienten con algún complejo de culpa porque no se definieron ante Zelaya, tanto cuando los agredía, como en el momento en que, prevalido de una alianza extraña con Chávez, proponía cambios y transformaciones con las cuales la mayoría de los hondureños no estaban de acuerdo. Ello hizo perder el respaldo de los liberales más inclinados hacia el centro y la derecha que, en el momento de votar, se inclinaran por quien les ofrecía mayor seguridad para asegurar su vida, sus bienes y su seguridad. El acto de votar, ya no fue mecánico, sino que defensivo y en contra de Zelaya.

La presencia de Zelaya en el interior del Partido Liberal, desquiciará a esta institución. La debilitará sustancialmente, especialmente porque Zelaya es un hombre obstinado – que como lo ha dicho con esa espontaneidad que le cierra las puertas inmediatamente – que vendrá colérico y vengativo, a luchar contra los liberales que no lo apoyaron; o que se le enfrentaron en forma valiente, hasta llevarlo a morder el polvo de la derrota. Regresar a ejecutar venganzas imposibles, vista su fortaleza real, a buscar la expulsión de Micheletti y de la mayoría de los Santos, a quienes considera sus enemigos, no perfila a Zelaya como factor de normalidad. Gentes como Zelaya, además de negativas, son abiertamente irreflexivas y difícilmente se puede llegar a acuerdos maduros con ellas, porque no tienen la estabilidad emocional para sostener los compromisos contraídos.

Por manera que, en vez de atraer a Zelaya a sus filas, lo que tienen que hacer es definirse, aclarando sus posturas de forma tal que los electores no confundan al liberalismo con la conducta de Zelaya y sus seguidores, que amenazan a todos y convierten en sus enemigos a batir a los que no piensan como ellos.

Aclarar que el liberalismo respeta el estado de derecho, que rechaza el continuismo y que busca que el gobierno esté al servicio de la sociedad y la persona; y que la producción de bienes y servicios tienen un carácter particular que se da en el interior de mercados libres y espontáneos, es mucho más importante que estar contemporizando con un hombre mentalmente inestable que en vez de beneficios, más bien le provocará daños al Partido Liberal. Pero claro algunos lo que quieren es hacerle daño a ese partido.
Fuente : Diario Tiempo 20 Julio 2010
Related Posts with Thumbnails