Por Lic. Juan Ramon Martinez
No sólo los políticos y, los partidos, muestran su falta de comprensión por la crisis del 28 de junio. También la sociedad civil, incluida la que, asustada por el daño que pretendía introducir Zelaya en la vida nacional, ha podido entender qué es lo que ha ocurrido. Y cómo se debe reaccionar frente al nuevo gobierno de Lobo Sosa y sus aliados. Por ello es que, la crítica en contra de la corrupción de los últimos días de Micheletti, las concesiones otorgadas por el Congreso; y la condonación en que Velásquez Nasar regaló 47 millones que no eran suyos a un grupo de médicos que no quieren pagar sus deudas, no pasa de lo anecdótico. El que la Fiscalía esté tan interesada en La Gaceta y no en los nombres de los miembros de la sociedad económica que obtuvo de parte de Bonanno tan generosa oportunidad de aprovecharse de los recursos nacionales, es una indicación que lo que se busca no es detener a los corruptos, sino que engañarnos a todos con el espectáculo de siempre. En donde los juzgados y encarcelados, son los más pequeños, los últimos de la cola.
En una sociedad más consciente que debe luchar en contra de los corruptos como condición para garantizar la paz y la tranquilidad de la República, evitando que en el futuro un arribista como Zelaya anime a la gente para que de verdad asalten el “palacio de invierno”, hace tiempo habría salido a la calle, para obligar a los jueces que llevaran al juzgado a Micheletti, a Saavedra, a Bonanno y a Velásquez. Los periódicos a estas alturas estarían haciendo investigaciones para decirnos a todos, quiénes eran los socios, despejando la suerte de rumores en que se incluyen como tales a funcionarios recién elegidos por Lobo Sosa, como prenda de calidad moral y capacidad intelectual para desempeñar sus tareas. Pero aquí no tenemos una sociedad lista e inteligente. La mayoría somos bobos, a los que nos engañan con facilidad. Y las autoridades que tenemos, parece que se arropan con la misma cobija, protegiendo a los ladrones de este partido ahora, como condición para hacerlo con los de los otros en el futuro.
Por ello es que no nos inmutamos siquiera cuando el Presidente Lobo Sosa nombra a sus hijos como gobernador de Olancho y como directora del BCIE por Honduras. Nos parece natural, como lo han hecho los otros. Es decir defender más que el interés de todos, el de las personas que los han nombrado. Como en el pasado. Callejas nombró a su primo, Zelaya entregó el cargo a la esposa de su ministro de la Presidencia, mientras Flores se lo concedía, en un favor que no tenía nada que ver con la institucionalidad, sino que con el favoritismo político, a un hermano de un ex presidente.
El nepotismo es la mejor forma de mostrar que las elecciones entregan una piñata a los ganadores. Y que estos son los dueños del gobierno, de la plata de los impuestos y de los cargos, establecidos para servirnos a todos; y no para favorecer a los miembros de la familia imperial, a los parientes de la esposa, a los correligionarios, a los amigos y a los compadres. Por ello es que es más criticable, porque nadie puede esconder los parentescos; ni disimular que se trata, más que de una honra para el servicio, la oportunidad para el enriquecimiento fácil. De allí que no sea difícil saber la verdad y reacción de conformidad rechazando las conductas irregulares que hacen del gobierno una bolsa a favor de unos pocos, destruyendo su fuerza original creada como una instancia de servicio para la colectividad.
Extraña el silencio de los grupos que luchan en contra de la corrupción. No sólo con los actos mayores, sino que la actitud comprensiva con que reaccionan cuando el gobernante entrega posiciones a sus parientes, como si fuera una hacienda suya la administración de la república, desde la cual distribuye granos básicos con generosidad desmesurada, leche y derivados en cantidad industrial; y oportunidades para hacer negocios desde las aduanas, con inocultable generosidad. Como si le tuvieran miedo a Lobo; o que le celebraran el que haga las cosas irregulares con tanta normalidad que han terminado por caer rendidos frente a actos que en otros países habrían provocado una crisis. Y comprometida la estabilidad del gobierno. En Estados Unidos, Obama no interviene a favor de su hermanastra que está expuesta a ser expulsada porque ingresó irregularmente. Lobo la habría nombrado directora de Migración. Allá, no nombra a su otra hermana en el Banco Mundial. Aquí Lobo sin rubor, designa a su hija como representante de Honduras ante el BCIE. Aquí así, son las cosas. De allí, nuestro atraso.
Fuente : La Tribuna 25 Febrero 2010
