domingo, 26 de enero de 2014

Fallece el periodista olanchitense Jorge Figueroa Rush

Olanchito,Honduras, Periodistas de Olanchito
El veterano periodista Jorge Figueroa Rush partió hace ocho días, hacia lo ignoto, a su última morada, dejando una huella muy marcada en el periodismo nacional y una honda pena entre sus familiares, amigos y colegas.

Los mejores años de Figueroa Rush fueron entre los años 50 y 80 del siglo pasado, tiempo durante el que trabajó para importantes medios como el ya desaparecido diario “El Cronista”, Radio Comayagüela, Radio América y lo que fue la Secretaría de Cultura, Turismo e Información, en Tegucigalpa.
Sus inicios en la radio fueron en San Pedro Sula, adonde llegó desde su natal Olanchito para estudiar secundaria.

En otra etapa de su vida, en Tegucigalpa también trabajó como periodista en la Corte Suprema de Justicia.
Un cáncer de esófago le arrebató la vida a Figueroa Rush, de 79 años, el sábado de la semana pasada aquí en Tegucigalpa.
A este hombre, que hablaba y escribía muy bien el inglés, que era muy campechano y un locutor con una voz radiofónica bien educada, lo conocimos a inicios de los años 60 cuando él trabajaba en “El Cronista”, cuyo edificio se localizaba donde funciona la Farmacia Villeda Morales.
El encuentro con Figueroa Rush se dio en uno de los bares céntricos famosos que tenía Tegucigalpa, el que también frecuentaban otros colegas suyos como Ramón Amaya Amador, el mismo novelista autor de “Prisión Verde”, Armando Zelaya (“Chilillo”), quien también era poeta y llegó hasta capitán de Aviación en la Fuerza Aérea Hondureña, y Ventura Ramos, entre otros de los que nos acordamos.
Jorge era el más joven de los colegas suyos que hemos mencionado, pero ya “embadurnaba” cuartillas de tinta en “El Cronista”.

A los pocos años volvimos a encontrarnos con Figueroa Rush para recordar a Amaya Amador, quien también era de Olanchito, Yoro, y recién había muerto en un accidente aéreo en la antigua Checoslovaquia en noviembre de 1966, siendo joven, a los 50 años.
Uno de los sitios en el que coincidimos con aquellos buenos periodistas era la cafetería Duncan Mayan.
De Figueroa Rush también recordamos cuando estuvo como jefe de prensa de Radio América, teniendo como subjefe a Armando Zelaya, a quien le hacían bromas porque era medio tartamudo.
A propósito de Armando Zelaya, en las reuniones de amigos era genial contando chistes “blancos” y “colorados”. Le gustaba declamar poemas de Pablo Neruda, con la virtud de que en ese tipo de manifestaciones suyas no tartamudeaba.

Durante la guerra entre Honduras y El Salvador, en julio de 1969, Jorge Figueroa Rush estuvo cubriendo como periodista desde el frente sur, en el sector de La Arada, donde el principal destacamento militar lo comandaba el ya fallecido Policarpo Paz García, otrora exjefe de Estado.
Otros periodistas de aquellos años estuvieron en Valle y Ocotepeque cubriendo parte de la mal llamada “Guerra del fútbol”, como la bautizó un famoso corresponsal polaco, que también ya murió.
De esos comunicadores hondureños recordamos a Manuel Gamero, quien entonces trabajaba con el diario “La Prensa”, medio impreso que era la envidia de los capitalinos “El Día” y “El Cronista”, porque era el único que se imprimía en el viejo sistema offset, pero que entonces era la novedad en el periodismo.
Gamero, por cierto, fue llevado detenido a El Salvador con el camarógrafo de cine Oscar Asfura, quien era el dueño de Cine Foto Asfura, en el centro de Tegucigalpa, a pocos metros de Larach y Compañía, sobre la Avenida Cervantes, para más señas.

Hubo algunos reporteros, como Roberto Gutiérrez Minera y Norman Serrano Miralda, ambos ya fallecidos, que estuvieron más tiempo que otros, mientras que Jonathan Roussel Toledo era el que a diario iba desde Tegucigalpa a recoger en una avioneta los rollos de película en 16 milímetros, en blanco y negro, que se filmaban de la guerra.
Con lo pequeña que hasta hace unos pocos años era Tegucigalpa, resulta que volvimos a encontrarnos, frente al Banco Central, con Jorge Figueroa Rush y Armando Zelaya. “Venimos de comer y tomarnos un octavo en el Guadalajara”, dijo Armando, mientras que Jorge nos comentó que estaban trabajando con Efraím González en la Secretaría de Cultura, Turismo e Información, en aquel entonces mejor conocida como el “Miniculitu”.

Esa cartera entonces tenía sus oficinas en la antigua Casa Presidencial y entre otros de aquellos periodistas ahí también trabajaban Guillermo Pagán Solórzano y Miguel Rafael Zavala, ambos ya fallecidos.
En otras entregas recordaremos otras cosas de las que nos acordamos de algunos periodistas de la vieja guardia, de los que muchos se le adelantaron a Figueroa Rush.

Es una lástima que las nuevas generaciones de periodistas en su mayoría no conozcan a los de la vieja guardia, quienes también han caído en el imperdonable error de no haber escrito algo de sus memorias.
La historia del periodismo hondureño no está completa porque los periodistas mayores no se han preocupado por escribirla, por eso es que cuando alguno de ellos fallece, a veces los nuevos reporteros les cambian el nombre o un apellido y escriben cosas inexactas.
A lo mejor por ser fin de semana, de Figueroa Rush pocos se enteraron que murió el pasado 18 de enero y fue sepultado el domingo 19. Que descanse en paz y que su familia encuentre en la resignación el abrazo que mitigue la pena de su ausencia. ¡Hasta luego “George” o Don Jorge!, como le decían muchos de sus amigos.

Fuente : diario La Tribuna
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