lunes, 28 de marzo de 2011

Relaciones Unilaterales

Por : Wilfredo Mayorga
Tan interesante que lucía la noticia, pero no duró ni lo que un estornudo. No había terminado de digerirla el público, cuando un subordinado del canciller estaba corrigiéndola y echándole la culpa a los periodistas de tergiversarla. Así pasa en nuestro medio al tratar de remediar entuertos que ya se han cometido.

“¡Qué dicha más grande nacer en Honduras!” Tuvimos que darle vuelta al comentario que habíamos escrito para congratular al gobierno por anunciar la reducción de embajadas en aquellos países que todavía no quieren reconocer al gobierno actual, como si se tratara de algo espurio y sin que haya surgido de la consulta popular. Se empeñan algunos en sostener que la actual administración nacional es producto de un “golpe de Estado” patrocinado por los Estados Unidos y que se rompió el orden constitucional por todos lados. No admiten que las elecciones fueron convocadas en su debido momento -por el mismo gobierno depuesto-; que los poderes estatales siguieron funcionando tranquilamente: el Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Supremo Electoral, la Procuraduría General de la República. El berrinche parece sostenerlo alguno que otro ennavajado desde el Caribe.

No hay razón para extender la mano a quienes desconocen una legitimidad conquistada en las urnas, aceptada por una gran mayoría y por los organismos internacionales. Teníamos pensado decir que si el canciller Canahuati -con la venida del Presidente Lobo- tomaba esa determinación, sería aplaudido por el pueblo hondureño, libre, soberano e independiente.

La reflexión había sido inducida por la apertura de relaciones con otros países que ofrecen mejores perspectivas comerciales y políticas. Pero seguir gastando inútilmente los escasos fondos que tiene RR.EE. en darle gusto a la Unasur y a unos vecinos intransigentes, no vale la pena. Y todo por la picadura de la avispa socialista, incubada en las Antillas hace más de medio siglo, y resucitada por Chávez en Venezuela con fuertes infusiones de petrodólares. A no ser también, que esa sea la base para que el Partido Nacional adopte la filosofía demócrata cristiana y quiera una coalición con la DC para sostenerse en el poder como el partido mayoritario, siendo que el liberalismo ha caído en un vacío y lo tiene postrado la soberbia de sus eternos adversarios.

Hubiera sido atinado que el Presidente de todos los hondureños -no solo de una facción- y su secretario del exterior, relegaran esas embajadas inexistentes a lo que realmente son. Sepulcros blanqueados. Delegaciones sin ton ni son. Tambores que no tienen repercusión en favor de los intereses de Honduras.

El presupuesto nacional no debe derrocharse manteniendo relaciones con quienes nos desconocen. Hay mejores causas en qué emplear los sagrados ahorros del pueblo. La dignidad no se compra como una simple ensalada o un plato de lentejas. “Las puertas deben cerrarse a los soberbios, y abrirse a los humildes”.
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