lunes, 7 de marzo de 2011

Entre aquél y éste… ¡Madre mía!

Honduras, 25.02.11 - Aquél era olanchano, éste también. Aquél provenía de una vida rural azarosa e incierta, sobrecarga de espejismos y disputas feudales de caballerías y tierras, éste también. Aquél se creía heredero legítimo de un abolengo ancestral, éste también.
Aquél venía de un mundo de vacas, caballos, pacas de heno y cosechas lunares de frijol y maíz, éste también. Desde joven, aquél tuvo contacto cercano con caudillos partidarios que se hospedaban en las enormes haciendas de su padre, éste también. Aquél nunca fue brillante ni destacado en ninguna actividad académica ni productiva, éste tampoco.

Aquél creció oyendo las misas negras de políticos arribistas que daban instrucciones a sus vocingleros activistas, éste también. Aquél se planteó desde muy joven la banal ambición de volverse presidente a cualquier precio, éste también. Aquél fue en su juventud un rebelde sin causa que escribió entre Lepaguare y Catacamas su propio “diario de un motociclista” haciendo trial sobre los troncos de caoba que su lindo padre talaba en los bosques de Culmí, quiso ser guerrillero y como todo muchacho travieso se tomó fotografías con el rostro barbado y con cartucheras y fusiles en el pecho.

Éste fue más lejos, visitó Rusia, sacó un cursillo intensivo de marxismo para principiantes y de retorno a la pampa llegó a ostentar el glorioso grado de Comandante Facundo (de momento la historia no registra ninguna batalla memorable librada por este comandante).

Aquél jamás le tuvo fe y paciencia a los libros pero en compensación desarrolló una memoria fotográfica para repetir y recontar las frases célebres y las ideas curiosas de su selecto séquito de amistades, éste también. Aquél tenía en su cerebro un amasijo de ideologías y doctrinas que aprendió de garrote oyendo a sus camaradas, éste también.

Aquél era cristiano, masón, evangélico, católico, ateo, socialista, empresario, vaquero, comunista, humanista, liberal, progresista, conservador, derechista, rotario, izquierdista y filántropo... éste también.

Aquél se sentía un alfeñique cuando estaba en la capital y aterrorizado por las críticas y las costumbres urbanas se armó de una comparsa de olanchanos para que le auparan sus deliciosas ocurrencias gubernamentales, éste también. Incómodo e inadaptado por las exigencias del puesto y por los protocolos del cargo, aquél se compró un juego de sombreros, varios pares de botas y una cuadra completa de caballos. éste, se disfraza de campesino sin fortuna y recorre la periferia en busca de auditorios que estén dispuestos a soportarlo a cambio de un saco de urea, un costal de harina o una olla de criadillas.

Aquél odiaba la capital, detestaba los periódicos, malquería los empresarios, “adoraba” a los pobres y aborrecía a los intelectuales serios, éste también. Aquél montó un gabinete de cándidos expertos para que repitieran al unísono, como un coro escolar “sí señor presidente, tiene usted razón”... éste también.

Aquél creó un gabinete paralelo –en la sombra– para llevar a cabo las peores satrapías de corrupción, cohecho y latrocino estatal. Éste también.

Aquél inventó partidas abiertas (hidrantes rotos) para los gastos rutinarios de su mujer, sus parientes y sus amigos... éste también. Aquél llevó el turismo gubernamental a los más abyectos estándares de derroche internacional, éste también. Aquél creyó que colocando un amigo al frente de las Fuerzas Armadas el cargo presidencial se volvía inmune, insondable, intocable y eterno... éste también. Aquél siempre se reía con burla cada vez que un buen amigo le advertía “te van a joder”... éste también. Aquél era contador de chistes malos, machista, altanero y provocador hasta que un domingo –de cuya fecha no quiero acordarme– amaneció poniéndole quejas a Óscar Arias mientras el presidente tico le sobaba la cabeza y le decía “ya no llore Manuelito, eso le pasa por andar de malcriado”. Éste... Yo no sé.
Nota el editor : Escrito por anónimo anda circulando por la web,lo recibí por e-mail
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