martes, 2 de noviembre de 2010

Luis Enrique Aguiluz (por Luis Alexis Ramos)

El uno de mayo de 1960, gracias a la iniciativa del empresario y farmacéutico don Manuel Pereira Cálix se inauguró, en Comayagua, Radio Valladolid, que fue la primera radio comercial cuyas ondas surcaron el espacio en nuestra antañona ciudad.

Una emisora modesta, de poca cobertura, pero que vino a darle un giro a la vida de nuestra localidad, para cuya población era algo sumamente novedoso, pues, fuera del contacto que se mantenía con HRN de Tegucigalpa, a través de sus noticiarios, radionovelas y programas cómicos, nunca se pensó que un día se tendría la oportunidad de contar en nuestro patio con un medio de comunicación electrónico.

Su director fue el polifacético Luis Enrique Aguiluz Arias, de raíces comayagüenses, hombre alegre, amigo de la broma y del chiste blanco, siempre jovial, con agilidad mental y la palabra oportuna a flor de labio, quien le imprimió a la radio el sello de su personalidad con una programación que incluía espacios musicales, programas cómicos, religiosos, de noticias y críticas, poemas, artistas locales, cómico-críticos y mucho más.

Tuvimos la oportunidad de formar parte de Radio Valladolid porque, junto con Eduardo Campos Fiallos, leíamos las noticias provenientes de Radio Vaticano en el programa católico que dirigía Fray Eduardo Palacios; y Luis Enrique, después de escucharnos, porque era permanente monitor de la radio, nos propuso trabajo en la emisora, con la siguiente advertencia: “Aquí no vas a ganar un gran sueldo, pero te vas a dar a conocer”. Y fue cierto, porque nuestra primera paga fue de diez lempiras al mes, pero allí iniciamos una larga carrera dentro de los medios de comunicación.

Así tuvimos la oportunidad de conocer la amplia gama de su vocación radial y artística: locutor de anuncios, presentador del espacio crítico “Aquí, el pueblo” cuyo contenido, en parte, era redactado por don Roberto Ruiz Romero; fue declamador romántico, actor, comediante, con su personaje “Colochín”, nombre, cuyo origen o significado nunca nos lo mencionó; pero que, hasta hace unos años, pudimos deducir por lo que Harry Quesada, nativo de Olanchito, nos dijo, y que el escritor Juan Ramón Martínez mencionó en un artículo dedicado a Luis Enrique, el “Colocho”.

Fue el personaje central del programa de crítica humorística “En la esquina de mi barrio”, como Don Antañón, un viejo cascarrabias que no le gustaba que le recordaran la edad, pero que daba cuenta de hechos lejanos y personas que muchos ya habían olvidado, y que, a quien le faltaba al respeto, le ofrecía “su Smith & Wesson, calibre largo, pavón azul y cacha de nácar”.

Hasta 1961, año en que Luis Enrique compró el equipo de Radio Valladolid al doctor Pereira y lo trasladó a Olanchito, donde lo instaló con el nombre de Radio Mercurio, estuvimos laborando en la radio, bajo la dirección de él, junto con Roberto Velásquez Núñez, Cruz Alonso Díaz, Angel Fernández, Manuel Benigno Medal, Carlos Edgardo Aguiluz y muchos más, como, el entonces teniente, Carlos Quesada Aguilar.

Así como fue en la radio, fue en su vida personal; en las horas de la noche de vez en cuando íbamos a su casa a jugar Monopolio, un juego casi desconocido en ese entonces, y que él nos enseñó a jugar; o a ver las películas que, con su cámara de 8 milímetros, había filmado con la participación de “actores” comayagüenses; veladas en las que su esposa, Ruth, nos atendía a cuerpo de rey.

Vivió varios años en Siguatepeque, siempre haciendo lo que más le gustaba: trabajar en radio, que era como una pasión; lo mismo hizo en Choluteca, donde incursionó también en la televisión; y no lo volvimos a ver, salvo esporádicamente, hasta que hace unos años regresó a Comayagua, cuando ya lo estaba asediando la enfermedad que, lamentablemente, lo hizo traspasar el umbral hacia la dimensión infinita.

Luis Enrique Aguiluz fue el amigo, el jefe, el compañero que todos los que tuvimos el honor de compartir espacio en la Radio Valladolid, lo llevaremos siempre en la mente y en el corazón, porque supo dar de sí todo lo que podía, especialmente su amistad sincera y su cariño fraterno.

Descanse en paz Luis Enrique Aguiluz Arias, pionero de la radiodifusión en Comayagua, y artista, en toda la magnitud de la palabra. Hasta luego, amigo y compañero.
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