lunes, 16 de agosto de 2010

La Semana Cívica de Olanchito

/5 Aniversario de la Semana Civica de Olanchito
Por: Angel Moya Posas...
La cultura es el motivo más significado que en sus anhelos de superación persiguen los pueblos; desde los comienzos de la humanidad ese ha sido propósito firme de hombres y pueblos y la historia universal está plagada de acontecimientos culminantes, reveladores de la pujanza y constante lucha de unos por alcanzar tan bella y edificante finalidad.
Pero es el caso que esa aspiración humana necesita para su progresivo avance clima propicio, situación a propósito; los pueblos levantiscos, bochincheros y revoltosos esos tienen que mantenerse forzosamente divorciados con el progreso porque ese clima no es apropiado para que florezcan proyectos generosos; a ellos se debía el que Honduras, con todo y sus ciento y más años de vida independiente fuera siempre a la zaga de otros pueblos y tal vez menos favorecidos por la naturaleza pero que, haciendo vida de paz y de trabajo lograron colocarse en planos de avanzada en relación con algunos de sus hermanos del continente.
Honduras mantenía en alto, como un prestigio su permanente estado de revuelta; se vanagloriaban los hondureños de que se dijera fuera de fronteras que eran hombres aguerridos y valientes; no se detenían a pensar que ese piropo les degradaba antes que abrillantar su personalidad; los extranjeros se solazaban con sus Kodaks copiando las poses de nuestros más atrevidos machetones y así éramos exhibidos en el extranjero como bárbaros; éramos un país en plena descomposición.
Hace apenas doce años que los hondureños acicateados por la tesonera labor pacifista de su gobernante vienen rectificando lenta pero firmemente; quedan todavía algunos residuos pugnando por el retorno a la barbarie, pero esos desequilibrados han mordido el polvo ante la coraza invulnerable de la opinión pública; todos sus intentos de revuelta han encontrado el vacío y sus líderes convencidos de esa incontrovertible verdad no solo la proclaman sino que, ante tan escalofriante realidad, se han visto obligados a abandonar toda gestión que tienda a alterar la paz.
Ese clima de paz permanente; ese estado de vida sin zozobras ni intranquilidades, ese es el ambiente necesario para el éxito de todo impulso generoso; de todo proyecto constructivo, de toda labor por el progreso integral de las naciones; los pueblos como los individuos están obligados a aprovechar las oportunidades que se les ofrezcan para avanzar por las rutas del progreso; la ocasión la pintan calva, si llegada no se aprovecha, nunca más se alcanza.
El pueblo de Olanchito, la ciudad toda y sus aledaños, ha sido dentro de Honduras, uno de los conglomerados que mejor uso han hecho del período de paz que desde hace doce años venimos disfrutando, y no se crea que sólo ha atendido a su progreso físico a la construcción de obras de pública necesidad, como su agua potable, su luz eléctrica, su mercado y rastro modernos, sus edificios públicos, etc… no, los olanchitos han llevado paralelo a su progreso material su progreso cultural; sus escuelas urbanas son de primera clase; sus escuelas rurales pasan de cuarenta y están bien atendidas, su colegio o instituto marcha con paso firme, y dentro de las posibilidades de su economía, aquella juventud, respaldada por viejos de clara visión se mantendrá sin claudicaciones dentro la ruta trazada, hasta hacer de Olanchito una ciudad moderna.
Uno de los motivos que mayor prestancia les da en el concepto de los hombres comprensivos es la celebración de la Semana Cívica, por la forma novedosa de su programación anual; en ningún otro pueblo, villa o ciudad del país esa celebración alcanza los contornos patrióticos que allá; la intervención del pueblo es una de sus conquistas, aquellos hombres dirigentes han logrado acercar el pueblo a la escuela y esta, aprovechando la ocasión, desarrolla labor cívica entre todo el conglomerado; esas pláticas sobre el maíz, los frijoles, la leche, la bandera; sobre sus valores humanos del pasado y mil motivos atrayentes como educativos son los que dan a la Semana Cívica sabor característico de aquella región.
El programa de la próxima festividad está ya elaborado y pronto entrará en circulación, para entonces ofrecemos a nuestros paisanos un nuevo comentario sobre su patriótica finalidad.

ANGEL MOYA POSAS
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