viernes, 25 de febrero de 2011

Escalada Terrorista : Mario Berrios

No me han extrañado los sucesos de Túnez, Egipto, Argelia, Libia y, en general, lo acaecido en los países del Magreb y el resto de naciones árabes de la región del Oriente Medio, como tampoco la escalada de hechos sangrientos ocurridos recientemente en nuestro país.

Como el asesinato de Carlos Velasco y del colega de la profesión del derecho, Luís Octavio Mejía Caballero, en Tegucigalpa, así como el vil crimen del pastor Carlos Roberto Marroquín, quien fuera un estimable compañero de aulas universitarias, de hecho apreciado por su intachable conducta. Pero repito, no me extraña, precisamente porque ya avizoraba esos repentinos cambios sociales, revueltas, presiones multitudinarias y escaladas de terror, mediante una creciente ola de hechos violentos. Por lo expuesto, me di a la tarea, en agosto de 2010, de escribir el libro que por título lleva ESCALADA TERRORISTA.

Como bien sabemos, Honduras se ha convertido —de la noche a la mañana—, en el centro de atención del mundo entero y en el retrato o caricatura política que bien puede ser la de Libia, Egipto, Túnez y Argelia. Tenemos presente una situación convulsa y, en ella, una mano oculta y peluda agravando la crisis, metiéndonos miedo mediante la táctica del instauración del terror. Dentro de esos escenarios planteados de antemano y con extraña vigencia en la actualidad, por ello recalco que nada me extraña de lo sucedido en estos días, donde se avizora la coexistencia pacífica de órganos del gobierno con el accionar corrupto y criminal, los asesinatos de religiosos, periodistas, políticos y personas de filiación política, de uno u otro bando.

El Consejo de la editorial refiere: “En esta novela política, no apta para menores de edad y crónicos cardiacos, propia para leerla acompañado de su pareja, basada en posibles hechos futuros —fecundados en la mente del autor—…”. En la obra interpreto hechos, circunstancias y también el sentimiento colectivo, es decir, pergeño en mi mente ciertos escenarios futuros, precisamente los que están manifestándose sistemáticamente en el territorio nacional. Mientras la violencia se extiende a lo largo y ancho de nuestras fronteras, personas de diversas opiniones meten leña al fuego. La pugna entre el expresidente y el Mandatario azul, quien basa parte de su gestión en dar “nurda” a la “ñurda” o, bien dicho, izquierda a la izquierda, pasará factura tarde o temprano (desde ya ciertos ministros le juegan la vuelta a él). Oportunamente en la obra reconstruyo los posibles escenarios donde se incuba y desarrolla la violencia, implantada por grupos disociadores, las mafias dentro del gobierno y el accionar del crimen organizado, quienes utilizan a mareros y bandas inexpertas como arma de amedrentamiento social, castigo, venganza y medio de saciar las ansias de poder. No es menos cierto que la actual clase política haya aprendido la lección, ya demasiado acostumbrada está a creer que le torció el brazo a la gente, le jugó la vuelta y que, con su “talento”, provoca cambios (maquillados) con decisiones magistrales último modelo o con escuela de alto nivel.

Nos falta ver mucho, planteo en el libro. La actual crisis apenas es el comienzo. ¿Debemos sentarnos a ver el inminente desangramiento de la sociedad? ¿Estarán en situación segura los recientes expresidentes y el actual mandatario? Por supuesto, entre líneas y párrafos esgrimo mi tesis sobre el ambiente terrorista-subversivo y su desarrollo, incipiente de momento. Ese terrorismo incipiente del que hablo, golpea inicialmente a la moral de una nación, distrae a las fuerzas armadas, entretiene a las fuerzas policiales, desgasta al gobierno, ahuyenta la inversión, mete miedo y, en general, tranca el funcionamiento y la producción del país. Poco a poco, estas acciones, primeramente públicas, se vuelven selectivas, contra personalidades, como en efecto ya sucede, luego avanzan progresivamente hacia la descomposición social extrema.

A lo lejos y, sin entrar en detalles, estimo que las complicaciones políticas y sociales narradas en mi obra provienen de una simple agitación demagógica, pero no, al ponerlas bajo la lupa nos percatamos de que, esos eventos, estremecedores por la constante magnitud y saña que incita a insubordinación masiva, colectiva, la mayoría de las veces son sustentados, provocados y exaltados desde el extranjero con el objetivo de plasmar consignas precisas. Las fuentes del terrorismo y sus motivaciones son diversas. Por ello trato de hacer un recuento pormenorizado de acontecimientos deleznables a medida se avanza en el relato, de ese proceso de putrefacción nacional.

Aclaro, eso sí, que esta es la novela que jamás quise escribir, pues deseo intensamente que esos escenarios planteados no se cumplan, es decir, en la realidad, por esta vez, rechazo mi propio recuento de hechos, aunque desafortunadamente es la paradoja de nuestra propia historia. ¿Qué debemos esperar de los políticos? ¿Qué papel jugará las Fuerzas Armadas en estos próximos tres años? ¿Por qué rumbo andan los gestores de una izquierda radical? ¿Debemos confiar en gestores de una derecha extremista? ¿Quiénes están en este juego o en el otro? Finalmente, sin quererlo retrato la convulsión político social de otros países, porque la historia nuestra es también la misma de otras naciones.
El buen lector sabrá reconocer a los promotores del desasosiego nacional. Del costo por ejemplar, en todas las librerías (Metromedia, Cultura, Metronova, Liser, Ramón Amaya amador), puedo asegurar que no vale más que un balde cervezas frías en un restaurante de fachada elegante.
www.marioberrios.net
bufetelegalmb@sulanet.net
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