martes, 4 de mayo de 2010

El proyecto de las dos “T” en el CURVA

Por :(Marel Medina) Fuente : Diario Tiempo
Si se toma como punto de partida, el hecho de que la Universidad es del pueblo, no hay ninguna excusa para no interesarse en los problemas de la misma, la UNAH es la institución más importante en materia educativa del país, tiene la obligación de ser protagonista no sólo en el quehacer educativo, sino en brindar su concurso permanentemente en todo lo que conlleve a impulsar el desarrollo integral de Honduras.
No se puede ignorar la importante contribución que históricamente la Universidad le ha dado al país en pro de su desarrollo socio-económico, éste beneficia al pueblo en general, pero considero que hay formas más directas de favorecer a los hondureños, principalmente a aquellos que son los menos favorecidos con los beneficios del Estado, máxime en estos tiempos de crisis económica por los que precariamente atraviesa el país.
Las faenas diarias de la Universidad principalmente están centradas en tres pilares fundamentales: La docencia, la investigación y la vinculación Universidad-Sociedad, si bien es cierto que el estudiante es el objetivo de primer orden para el Alma Máter, no debe soslayarse el compromiso ineludible que la institución tiene con la sociedad hondureña, porque al final de todo es el pueblo quien paga el sostenimiento de la máxima casa de estudios superiores.
El proyecto de las dos “T” en el CURVA no es otra cosa que la transferencia de tecnología al pueblo, si el CURVA en sus diez años de existencia ha logrado acumular mucha tecnología en lo que se refiere al proceso de alimentos, ¿por qué no compartirla con la población?, es una forma de combatir el desempleo; en una pequeña empresa trabajan miembros de la familia emprendedora, pero también trabajan personas particulares.
Hay otros beneficios aparte del empleo porque estos proyectos hacen fluir más circulante, con ello surgen nuevas oportunidades para vender materias primas en la localidad para este tipo de microempresas y con la venta de estos productos industrializados se está trayendo dinero del mercado nacional al mercado local.
Hay personas que quieren organizar una microempresa en el área de alimentos procesados, pero no tienen los conocimientos a mano y esto se convierte en un obstáculo para ellos.
También hay otra forma de ayudar a la gente, aunque similar a lo anterior, es cuando se imparten capacitaciones a los maestros y alumnos del CURVA, perfectamente se puede invitar a personas particulares a recibir esos conocimientos tecnológicos y de esta manera el centro universitario fomenta la creación de microempresas en tecnología de alimentos, es una forma fácil de llevar de la teoría a la práctica lo referente a la vinculación Universidad-Sociedad, de esta manera ese componente educativo no se quede en simple teoría.
Espero que las autoridades del CURVA y el personal del área de Agroindustria tomen en cuenta esta pequeña idea y ese proyecto de las dos “T”, transferencia de tecnología, se convierta en una realidad para beneficio de la población del Valle del Aguán y más allá de sus fronteras.
¡Ojalá que así sea!
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